C.C.P Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas

Llegar al gobierno es el fin último de los partidos políticos, para que su ideología sobre cómo debe ser y actuar el gobierno se vea reflejada en políticas públicas que generen mejores condiciones de vida para los ciudadanos. Ese es el planteamiento romántico del deber ser, pero en los hechos existen otros objetivos, como el detentar del poder sin un proyecto público sino personal, escalar para apuntar a otras posiciones e incluso, como tantos casos lo prueban, el descomunal enriquecimiento ilícito.

La vida diaria en las entidades y sus ciudades, hacen que sus habitantes vayan calificando los servicios y otras contraprestaciones que deben recibir por sus impuestos, como seguridad, infraestructura, trasporte público, bacheo, áreas verdes, alumbrado, educación, servicios de salud y otros en un marco de honestidad y transparencia. La mayor apertura de los medios tradicionales, el acceso al internet y sus redes sociales, han sido instrumentos para difundir en algunos casos el descontento social.

Así entonces, los políticos saben hoy, o al menos deberían saberlo, que el gobernar desgasta más que nunca. Las desmedidas promesas de campaña, se enfrentan a la realidad a partir del día uno de gobierno y con ello, en varios casos, a la desilusión de un gran sector de una población cada vez menos tolerante electoralmente hablando.

Es indispensable Gobernador entender que el 2016 estuvo marcado por una tendencia principalmente a la alternancia, más que necesariamente de preferencia partidista, aunque cada actor le dio la lectura que quiso o le convino.

Para el PAN llegar a gobernar por primera vez entidades como Tamaulipas o volver al poder en otras, fueron grandes victorias, que lo dieron nueva vida a Acción Nacional, pero sus rivales intentarán que esas fortalezas se convierta en debilidades.

Noticias surgidas recientemente de estados como Chihuahua, Veracruz, Quintana Roo y Tamaulipas, todas estas gobernadas por el PAN o por candidatos en alianza con este, evidenciaron arranques turbulentos. Aún cabe echarle la culpa al de atrás, pero ese justificante se irá quedando sin vigencia en pocos meses.

Para el PRI los pasados gobiernos de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, son lozas cuyo peso los jala al fondo de las preferencias y, por si les faltara desprestigio, esta semana el caso del Fiscal de Nayarit, detenido en San Diego, será un factor negativo para las elecciones locales de junio y referente nacional que ejemplifica qué tan cerca puede estar el crimen organizado y gobiernos como el de Roberto Sandoval, que sale mal parado, tanto si lo sabía como si lo ignoraba.

Los independientes están a merced de Jaime Rodríguez “El Bronco”, que hasta ahorita poco ha logrado diferenciar su gobierno de los demás, salvo en las formas.

Morena no gobierna ningún Estado, lo que les da la oportunidad de atacar sin tener que defenderse más que de sus delegaciones en la Ciudad de México.

Son entonces Gobernador momentos donde administrar puede ser un activo o un pasivo, por lo que deberán ser cautelosos de lo que hacen y dejan de hacer. Del conjunto de gobernadores de cada partido y sus resultados podría depender el futuro a nivel nacional de los mismos, son los referentes que tienen la responsabilidad de no convertirse en lastres políticos como tantos y tantos hoy en día.