C.C.P Dolores Padierna Luna

DOLORES PADIERNA LUNA

SENADORA DEL PRD

Ya se avisaba un huracán político en el PRD en la víspera de la decisión de qué hacer en el 2018, si ir solos o en alianza, y en este último caso con quién. El fenómeno subió de nivel y tocó tierra en el Senado, donde el mismo coordinador parlamentario declaró inesperadamente su apoyo a Andrés Manuel López Obrador, decisión que esta semana fue respaldada por otras tres senadoras electas por el PRD, Vianey Mendoza, Lorena Cuéllar y Luz María Beristain. El pleito no es sólo político, sino, como suele suceder, tiene un fondo económico.

A pesar de la desbandada que se ha dado en el Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, los legisladores que han abandonado el barco, negando al partido que los postuló y criticando sus prácticas, siguen cobrando, perdón, conservando los privilegios a los que tienen derecho como “integrantes”, jurídicamente hablando, del grupo del sol azteca.

La coordinación del PRD en el Senado está hoy sujeta a la decisión de los tribunales, mientras se jalonean por el cargo la dirigencia y Luis Miguel Barbosa. Este agarrón entre “perredistas” apunta a que la disputa es, en buena parte, por un botín de 119 millones de pesos que maneja libremente el coordinador del grupo para gastarlo discrecionalmente. Ese dinero significa, entre otras cosas, control político. Muchos líderes parlamentarios no serían tan efectivos sin el manejo de esa bolsa.

Se ha especulado también sobre la constitución de una nueva bancada morenista o de independientes, que encabezaría el Senador Barbosa, quien cuenta con el apoyo de 15 de los 19 senadores que integran el grupo del PRD. Lo anterior no es jurídicamente posible, ya que la Ley Orgánica del Congreso establece que “los grupos parlamentarios deben quedar constituidos antes del 28 de agosto del año de la elección”, y complementa el Reglamento del Senado diciendo “No se podrán formar grupos parlamentarios después de haberse formulado la declaratoria correspondiente por parte de la Mesa Directiva en la primera sesión ordinaria del Senado”.

Por lo anterior está claro que lo que Barbosa busca es quedarse con el control del grupo parlamentario del PRD y por ende con su presupuesto, no crear otro grupo. Por los mismos principios jurídicos citados, los cuatro Senadores contrarios a Barbosa no pueden formar un nuevo grupo parlamentario, por estar fuera de tiempo, además de no tener el número requerido conforme a la ley que es de cinco integrantes.

No es la primera vez que un Grupo Parlamentario escenifica situaciones que los evidencian públicamente. En 2013 el Presidente del PAN, Gustavo Madero, removió a Ernesto Cordero como coordinador de los senadores albiazules, nombrando a Jorge Luis Preciado para sustituirlo, provocando que en represalia el grupo Corderista en el senado tomara por asalto la tesorería del grupo. Había que cuidar lo importante.

No se descarta que Miguel Barbosa haya cumplido uno de sus cometidos políticos, adelantar la definición del PRD e inclinarla a favor de López Obrador, pero lo cierto es que el manejo de los dineros, que también da poder político, es fundamental en esta disputa. Este será Senadora el primer round, preámbulo a otra campal de pronóstico reservado, la disputa dentro del grupo parlamentario por la próxima Mesa Directiva que le toca al PRD, donde por cierto, también hay recursos que manejar.