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¿A quién quieren engañar con el desfile del oficialismo?

Por Héctor Parra - 26/11/2022

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

A nadie podrá engañar el presidente López con su desfile oficialista pretendiendo hacer creer que se trató de una “marcha” ciudadana. 

 ¿A quién quieren engañar con el desfile del oficialismo?

El aparato oficial se volcó para cumplir las cuotas de “acarreados” y distribuir propaganda oficial invitando al “pueblo” para que asista al desfile y “jolgorio” de los 4 años del mal gobierno de la 4T. 

Las apariencias engañan y eso es lo que pretende el presidente de la República, engañar al “pueblo”, elevar su ego y hacer creer que aún conserva el respaldo popular. 

Ha sido descarada la presión de instancias gubernamentales para que asistan al desfile de la “deshonra”. AMLO sigue dolido por las 50 marchas ciudadanas, esas sí fueron voluntarias, sin acarreos. 

El mismo Ricardo Monreal Ávila, senador y coordinador de la bancada de morena en el Senado de la República, se “pitorrea” de sus, hasta hoy, compañeros de partido, al expresar que lo único de lo que se perderá será el “lunch”: la “torta y el frutsi”. El senador prefirió estar en Europa que, ser comparsa de otra más de las mentiras populistas de Andrés López Obrador.  

Andrés Manuel tiene que montar un teatro y aparentar un respaldo popular que día a día ha ido perdiendo a consecuencia del incumplimiento de sus promesas. Su gobierno preñado de corrupción, del compadrazgo que ha fortalecido, del incremento brutal de inseguridad pública y de los miles de homicidios que prometió disminuir y no lo hizo, también de la falta del sistema de salud como el de Dinamarca que prometió, sus pésimas obras pública que consumen la mayor parte del presupuesto, etc. 

Algunas embajadas de México en el extranjero también están organizando los festejos. Toda la “farándula” a cargo del presupuesto público. 

Los siervos de la nación, empleados de Bienestar, dedicados a pegar publicidad a favor de López Obrador, violando la Constitución, constituyendo un delito. Pero, nada importa, la fiesta es primero. El “fastuoso escenario” listo para apuntalar la caída de AMLO y fortalecer el ego, la soberbia que le caracteriza. Uso de recursos públicos para satisfacer la vanidad presidencial. 

No importará cuántos asistan a la farsa del desfile en la Ciudad de México, todos serán “acarreados”. AMLO nunca podrá igualar la magnitud y espontaneidad de las 50 marchas de miles y miles de ciudadanos en protesta por las abusivas acciones del presidente; marchas que se llevaron a cabo en igual número de ciudades en toda la República Mexicana, sin considerar aquellas que desde el extranjero se replicaron. No hubo recursos públicos en aquella voluntaria movilización. Todo lo contrario al desfile orgánico del gobierno federal y gobiernos estatales para proteger la deteriorada imagen de López Obrador. 

Ni AMLO ni Morena podrán presumir nada. Todo es escenario montado con recursos púbicos. El señor de las marchas perdió fuerza. Imposible calificar de marcha ciudadana al desfile oficial que encabezará el mismo Presidente de la República. 

Los medios de comunicación “profesionales” adjetivizan y califican de marcha a un desfile, lo cual es inexacto; la precisión de las palabras es fundamental. Existe una enorme diferencia entre una y el otro. 

La marcha se caracteriza por ser en protesta por las malas acciones de las autoridades, es organizada por los ciudadanos, no es impulsada por el gobierno; el ciudadano que participa aporta de su peculio todos los gastos. El desfile, en cambio, se identifica claramente por ser un acto de festejo y lo monta oficialmente la autoridad, se paga con presupuesto público. Lo que armó el presidente es un desfile en el que él participa y lo encabeza, jamás será considerada una marcha ciudadana. 

López Obrador se resiste a perder popularidad y fuerza. Ha olvidado que el ejercicio del “poder desgasta”. A los inteligentes los atonta el poder; a los tontos los enloquece. 

 Hace meses que AMLO ha enloquecido, ensoberbecido de poder, no oye ni escucha, no sabe gobernar y no se deja ayudar ni por el séquito de súbditos; cree saberlo todo, incluso opina sobre lo que deben hacer gobernantes extranjeros. Se piensa como un ser iluminado. Lo más grave: él se lo cree. 

 Lo peligroso de la locuaz conducta del presidente López, aparte de los destrozos que ha causado y su falta de capacidad para gobernar; que, de acuerdo a sus negros y nefastos antecedentes, hará hasta lo imposible por ganar las elecciones del 2024. Sus trampas no cesan. Quiebra cualquier norma para conseguir su propósito. Por eso quiere apropiarse del órgano electoral y dominar al TEPJF para cometer fraude y de ello se hable bien por parte de sus seguidores, bajo el falso argumento de no cometer fraude electoral; contrario sensu, las actuales autoridades sí hacen fraude. 

AMLO es un delincuente contumaz dispuesto a todo. Se renueva la frase de campaña del 2006: ¡AMLO es un peligro para México!

A nadie podrá engañar el presidente López con su desfile oficialista pretendiendo hacer creer que se trató de una “marcha” ciudadana. 

Inicia el quinto año del pésimo gobierno y el declive del poder del Presidente de la República, como suele suceder cada 6 años.  Ricardo Monreal bien lo sabe, por eso despreció la “torta y el frutsi” que darán en el desfile.

Héctor Parra


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