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El difícil voto de los mercados municipales

Por Andrés González - 26/05/2018

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

A una gran parte de estos comerciantes, la vocación les viene de familia

 El difícil voto de los mercados municipales

En el Mercado Escobedo, el más grande y tradicional de la ciudad – y de todo el estado – los fines de semana, que comienzan desde el viernes, el bullicio crece.

Van a dar la una, la hora pico de la venta para llevar a casa el bastimento del día. O de la semana, dependiendo los haberes.

A esa hora los pasillos se llenan de marchantas, de gente que va a comprar, de mucha gente que también va a vender.

Este lugar, el “Escobedo” – lleno de historia y de tradición – cuenta con unos 500 locatarios, fieles representantes de lo más granado de la queretaneidad, la auténtica, donde se conoce y convive como pueblo.

Son pueblo.

Y todos pequeños empresarios. Es gente apasionada de lo suyo, orgullosa de lo que hacen, de lo que tienen. Y lo cuidan…lo acomodan, lo acarician y presentan, para esmerarse en todo lo que venden. Eso nunca existirá en un centro comercial, donde el trato es total y absolutamente despersonalizado.

Olores y sabores que se confunden. Gritos que anuncian lo que venden, que se mezclan con el “que le damos señito, que va a llevar”. Y el trato amable del que vende, con el saludo por su nombre para el que compra.

A una gran parte de estos comerciantes, la vocación les viene de familia. Son ahora, seguramente, los tataranietos de quiénes estuvieron en el antiguo “Mercado de los Escombros”, llamado así por las huellas que dejaran aquí la caída de Maximiliano y las luchas de Reforma. Se habían tirado las bardas perimetrales – año de 1863 – que le daban propiedad a los franciscanos, de una enorme huerta que rodeaba el “Convento Grande de San Francisco”. La mitad del Siglo XIX comenzaba a caminar, para darle forma al comercio citadino, para retomar el brillo que Querétaro había tenido en la Colonia.

Y comenzó a tomar forma de mercado hacia el año de 1882 en que gobernaba don Francisco González de Cosío y que, años después, este lugar de mercadeo tomaría el nombre del Dr. Pedro Escobedo, insigne queretano fundador de la Escuela Nacional de Medicina.

A este Mercado Escobedo, rehabilitado en tiempos de don Porfirio, lo tomó así la Revolución. Era común ver sus calles aledañas, lo que hoy es Corregidora, Juárez y las primeras calles de Independencia, los andadores Libertad y 5 de Mayo – nombres actuales – llenarse de puestos que vendían todo tipo de mercancías, desde tunas, quesos, jocoques hasta huaraches y cambayas, todo esto hecho o producido en este glorioso estado.

En los años de 1967 es cuando se concreta el cambio al nuevo y actual Mercado Gral. Mariano Escobedo.

Este lugar y en este viernes, de pronto, vio llenar sus pasillos de inquietos jóvenes que, presurosos, repartían propaganda electoral.

Son los tiempos, además.

Para quién escribe, el encuentro es totalmente casual.

Al local de “Electrónica Quiroz” – negocio dedicado a la reparación de todo tipo de controles remoto – llega un joven que, conocido en las canchas de futbol en las últimas dos décadas del siglo pasado como portero del América y la Selección Nacional, es fichado en el año electoral 2018 por Andrés Manuel López Obrador y en una propuesta sorpresiva, lo trepa como candidato a la Presidencia Municipal de Querétaro por la coalición “Juntos hacemos Historia”, constituida por MORENA, el PT y el Partido Encuentro Social, su partido de origen.

Se trata de Adolfo Ríos García, también conocido como “El Arquero de Cristo”.

Es la segunda semana de su campaña y, dicho sea con todo respeto, apenas comienza a conocer no la ciudad – en la que dice vivir desde hace 15 años – sino el municipio.

Y es que este, además de la cabecera municipal, está constituida por 78 comunidades.

¿Ya las recorrió?
Le pregunta apenas se saludan, se la hace el comerciante Mario Quiroz Gatica, propietario de “Electrónica Quiroz”

-No, aún no comienzo a recorrerlas.

– Le sugiero que las visite pero además, que vaya en domingo, que es cuando va a encontrar a la gente. Y les lleve algo, lo que usted disponga, pero algo, desde alguna y sencilla diversión, hasta un tríptico o una bolsa como las que ahora está entregando. El chiste es que la gente no se regrese a su casa con las manos vacías. Y allá, don Adolfo, encontrará al otro Querétaro, el de las necesidades pero igualmente de auténtico como todos los comerciantes de este mercado.

Y es que en el Mercado Escobedo encontrarán todos los candidatos – y Adolfo es uno de ellos – a una parte de los queretanos que, heridos en su orgullo, fueron acosados por el alcalde panista Marcos Aguilar para tratar de retirarles la propiedad de sus locales y pasarlas en propiedad al gobierno municipal. No lo logró pero lo que sí consiguió fue que todos se unieran más que nunca en defensa de sus locales, de sus intereses y en defensa de su orgullo de queretanos y de “su mercado”.

Y en esta enorme despensa citadina llamada “Mercado Escobedo”, existe y vive el voto de más lealtad a su ciudad, a la defensa de sus intereses pero también totalmente adverso, por ahora, al partido y personaje que trató de arrebatarles, sin decencia ni consulta previa, lo auténticamente suyo como lo son los locales en donde ofrecen su mercancía.

Y gran parte de estos mercados municipales – por no decir todos- son caldo de cultivo para arriar votos a las propuestas de todos los demás partidos, de sus coaliciones, de los partidos locales o de los candidatos independientes, menos para los candidatos del Partido Acción Nacional.

De otra manera, con estos hay una de dos:

Que Luis Nava le piense dos veces si pretende visitar estos Mercados Municipales, en especial el Mercado Escobedo.

O bien, si se arriesga a ir, que retome el compromiso de mantener la propiedad para el locatario de sus centros de trabajo, considerarlos como “Patrimonio de la Ciudad”, resolverles sus problemas de estacionamientos, de recolección de residuos y basura hasta por varias veces al día y la dignificación del espacio en sí, que es toda la estructura del Mercado. Modernizarlos, en una palabra.

Ahí y por ahora, a Adolfo Ríos lo recibieron como a su nuevo defensor, porque… ¡ah como lo “apapachó” el comerciante!

Y la gente con la que coincidía, que lo encontraba.

Este voto, el de los mercados y para buscar la Presidencia Municipal, nunca ha sido fácil.

Mucho menos lo es ahora.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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