26 J España

El 26 de junio de 2016 por segunda vez en menos de un año, los españoles fueron a las urnas para elegir parlamentarios, y así tener gobierno. Después de que los resultados de diciembre dividieron los escaños entre cuatro fuerzas principales y que no fue posible constituir gobierno, hubo de convocarse a nuevas elecciones. Comentemos los resultados.

Se preveía de nueva cuenta el triunfo del Partido Popular. Esta agrupación de derecha, golpeada por escándalos de corrupción y dudas hacia su dirigente Mariano Rajoy, cargaba también con la negativa al Rey para que propusiera a su líder para formar gobierno. El Partido Socialista Obrero Español, PSOE, heredero de las glorias de Felipe González, acudía a los comicios con su líder debilitado, después de los resultados de diciembre que les fueron poco favorecedores. Pedro Sánchez, jefe de los socialistas, se jugaba su futuro político.

Podemos, la formación de izquierda contestataria de Pablo Iglesias, sumó a Izquierda Unida de Alberto Garzón y se presentó como un frente que pretendió hacerse de los votantes socialistas. Las encuestas le daban a Podemos el segundo lugar electoral, por el hundimiento del PSOE. Albert Rivera, de Ciudadanos, le apostaba a su buena imagen personal, así como a un discurso anti corrupción.

Al final, los resultados del domingo 26 apuntan a 137 escaños para el PP, 85 al PSOE, 71 a Unidos-Podemos, la marca de Podemos en las elecciones, 32 a Ciudadanos, y otros números inferiores a fuerzas independentistas. De nuevo nadie tiene mayoría. Otra vez se requerirán pactos para gobernar.

Frente a este escenario cabe formular varias reflexiones, que apuntaré para meditación del lector:

Primero, nuevamente el fracaso de las encuestas (como sucedió en las recientes elecciones en México y en el Reino Unido por referencia al referéndum sobre el llamado Brexit). Generalmente daban el segundo lugar electoral a Podemos, y como se observa, los socialistas resistieron bien al mantenerse como los segundos más votados. Perdieron apenas 4 escaños.

Segundo, Rajoy consigue buenos resultados para los populares y consigue así fortalecer su liderazgo cuestionado, no tanto dentro de su partido como en la prensa y por la oposición. Sea por la razón que sea, la mayor mayoría de los españoles sigue optando por el político y la formación de derecha.

Tercero, Pedro Sánchez respira. Todo parecía listo para que presentara su renuncia después de que su partido cayera al tercer lugar, lo que no sucedió. Así, se mantiene como un posible Presidente de Gobierno en un hipotético acuerdo con las otras fuerzas de izquierda e independentistas.

Cuarto, Podemos parecer haber llegado a su techo electoral. La alianza con Izquierda Unida apuntaba a rebasar por la izquierda al PSOE, si se sumaba el total de votos que ambas fuerzas obtuvieron en las elecciones de diciembre, y no fue así.

Quinto, posibles gobiernos. El PP requiere el apoyo de PSOE para un gobierno, que sería una coalición derecha-izquierda. El PSOE requeriría a Podemos, Ciudadanos y las fuerzas independentistas para gobernar; al analizar estas posibilidades, parece la primera como más posible, si consideramos que se trata de un acuerdo entre dos, frente a la segunda opción que implica una negociación a demasiadas bandas, y así un gobierno probablemente endeble.

Considero que la clave está en Podemos. ¿Le conviene entrar a un gobierno de izquierda donde sean minoría, y sin poder llevar a cabo todo su programa? ¿La necesidad de acuerdos, propia de una coalición de gobierno y que implica ceder en algunos puntos de su programa de gobierno, no es justamente parte de esa cultura de los partidos que tanto han criticado? ¿Les conviene si la apuesta es seguir haciendo una labor de zapa que desfonde al PSOE de sus militantes?

A esperar. Los contactos entre las fuerzas políticas ya deben haber empezado, y a partir del 19 de julio Felipe VI empezará las reuniones protocolarias para proponer al Presidente de Gobierno. Urge un acuerdo porque para agosto debe estar en funciones el nuevo gabinete para preparar el proyecto de presupuesto, so pena de que se repita el diseñado para este año.

Y existe todavía otra posibilidad, una nueva convocatoria a elecciones si no es posible llegar a acuerdos…, ¿Se atreverán los políticos españoles a unos terceros comicios?