Bodas y fiestas masivas, caldos de cultivo para COVID-19 en México
Un artículo publicado por Bloomberg puso en evidencia a nivel internacional la que parece ser una de las razones más sólidas para el elevado número […]
Un artículo publicado por Bloomberg puso en evidencia a nivel internacional la que parece ser una de las razones más sólidas para el elevado número de casos y fatalidades por COVID-19 en México: Las bodas.
De acuerdo con el portal de comunicación y análisis afincado en Nueva York, las bodas masivas con cientos de invitados constituyen uno de los principales focos de infección en el país.
Para justificar esta aseveración, la revista electrónica citó el caso de Chihuahua, primer estado de México en regresar al semáforo rojo en el indicador del gobierno federal. Ahí, de acuerdo con las autoridades, en un solo fin de semana hubo mil 200 quejas por fiestas “fuera de control“. Además, el titular de Salud del estado, Eduardo Fernández, señaló que las bodas y reuniones similares son particularmente difíciles de controlar.
En el mismo sentido, el doctor Francisco Moreno, quien atiende a pacientes COVID en el hospital ABC de la Ciudad de México, remarcó que en una sola semana atendió a setenta pacientes con un elemento en común: todos, sin excepción habían estado en la misma boda.
El facultativo indicó que uno de los principales problemas con las bodas es que, después del tercer tequila, todos se quitan el cubrebocas y comienzan a bailar y a conversar a poca distancia, haciendo caso omiso de las indicaciones de seguridad.
Considerando que en este tipo de eventos suele haber más de cien personas y que muchas bailan, platican, gritan y hasta se besan, obtenemos un escenario propicio para lo que la ciencia médica denomina “supercontagios”, que no son más que escenarios propicios para el contagio masivo.
Esto no sería un problema si los contagios se circunscribieran a quienes asisten a las bodas. El problema es que, dada la naturaleza misma del coronavirus, por lo general los contagios trascienden el evento donde se suscitaron y alcanzan a personas fuera de éste.
Aún así, entre los mismos invitados a las bodas pueden desencadenarse verdaderas tragedias. El artículo de Bloomberg mencionó, por ejemplo, una boda en la que la mamá del novio terminó entubada en un hospital. Aunque al final se recuperó, la angustia que pasaron sus familiares distó bastante de la alegría que debería suscitar una boda.
En el mismo sentido, valdría la pena citar el caso de la celebración nupcial del actor Armando Torrea, realizada en Mexicali, B.C. el pasado 3 de octubre. Dicha boda, en la que los asistentes participaron sin tomar medidas de seguridad, terminó con más de 100 contagios, según reportó el Heraldo de Aguascalientes.
Si consideramos que el número total de invitados en la boda de Torrea era de 300, tenemos entonces que un tercio de los invitados presentaron síntomas de COVID-19, con la gran probabilidad de que varios no sobrevivieran.
El autor del artículo de Bloomberg atribuyó la necesidad de seguir organizando eventos masivos a una tendencia que tenemos los mexicanos a buscar la celebración sin importar el costo. Sin embargo, hay otros factores que podrían explicar esta situación, como la negativa de gobiernos federales y estatales a imponer medidas más severas contra este tipo de eventos.
Un hecho que no podemos olvidar es que la economía también ha sufrido durante la pandemia, lo mismo que la salud mental de la población. A pesar de esto, es importante recordar que la salud no es un juego y que un momento de alegría puede transformarse en lágrimas de arrepentimiento en menos de una semana,