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El último en salir apaga la luz

Por Staff Códice Informativo - 19/10/2018

Los que saben, aseguran que más de 300 figuras importantes han dejado las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras la derrota del pasado proceso electoral el pasado 1º de julio

 El último en salir apaga la luz

Foto: @ruizmassieu

La debacle priista no deja de dar de qué hablar; en días pasados Querétaro fue el escenario de un acto interno bochornoso para muchos militantes, y de supuesta satisfacción para su dirigente estatal, Juan José Ruiz, y sus fieles seguidores… si es que quedan algunos.

Resulta que el pasado 13 de octubre estuvo en el edificio sede del PRI estatal la dirigente nacional del tricolor, Claudia Ruiz Massieu, quien se reunió la militancia para entablar “diálogo”; sin embargo, se llevó una sorpresa pues entre gritos y abucheos un grupo selecto de priistas manifestó su desacuerdo con el actuar de su líder y exigieron su renuncia inmediata.

La líder priista, Ruiz Massieu, no daba crédito del espectáculo que se desató, tras un acto encabezado por una de las jóvenes promesas del PRI, la ahora diputada federal María Alemán Muñoz Castillo, quien respaldada por lobos del priismo queretano levantó la voz y urgió la renovación.

Pero estos momentos internos de incomodidad no son los únicos que se han presentado en el partido político con mayor antigüedad. Los que saben, aseguran que más de 300 figuras importantes han dejado las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras la derrota del pasado proceso electoral, aquél no tan lejano 1º de julio.

La salida de la militancia y la debacle del partido tiene una explicación, pero también un origen que se traslada a la capital del país, donde reside quien gobierna el país bajo las siglas del PRI: Enrique Peña Nieto y sus políticas fallida, sumadas a la baja aprobación ciudadana, han terminado de hundir no sólo al PRI a nivel nacional, sino también de manera local, colocando al partido como la tercera fuerza política.

En 89 años de vida institucional, el PRI creyó que el tiempo nunca cobraría factura, como el entrado en años que cree que nunca se enfermará. Hoy, el castigo ciudadano está dado.

El reto de cara al 2021 es mucho mayor de lo que fue en 2018, las piezas tendrán que acomodarse con mayor velocidad rumbo a la renovación de la gubernatura, la cual perdió el PRI en 2015 y que podría repetirse una vez más.

En el PRI ya se cuestionan quién se aventará el tiro de aceptar la candidatura a la gubernatura estatal, quien con tanta fuga de militantes, principalmente a un partido guinda, tiene clara una sentencia: el último en salir apaga la luz.


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