La reaparición de Ricardo y la disputa por la dirigencia del PAN

El proceso para renovar las dirigencias del Partido Acción Nacional (PAN) está ya a la vuelta de la esquina; el 11 y 12 de este mes se celebrará la sesión ordinaria del Consejo Nacional, con lo cual da inicio de manera formal el proceso de cambio que, se tiene previsto, culminará entre octubre y noviembre cuando se nombre a una nueva cabeza del Comité Ejecutivo Nacional.

El escenario ha cambiado radicalmente al que se preveía hace algunos meses; la razón son los resultados de las elecciones del 1 de julio, que terminaron por desdibujar la omnipotencia que había significado el anayismo al interior de este partido en los últimos meses, tan es así que Ricardo, tras perder contra López Obrador, no había dado muestras de vida hasta este 6 de agosto, cuando compartió una foto en sus redes sociales de su reunión con Damián Zepeda, actual dirigente nacional del partido.

Con su autodestierro, Anaya había mandado un mensaje tácito a los grupos internos del PAN, que buscan hacerse de la dirigencia, sobre la posibilidad de una transición tersa. Sin embargo, con su reciente aparición, es probable que las alarmas se hayan encendido en los grupos que buscan disputarle el mando al anayismo.

Ricardo tiene enfrente un escenario complicado, pues incluso, quienes en algún momento se habían mostrado cercanos a su proyecto, ahora también le dan la espalda. Muestra de ello es Marcos Aguilar, presidente municipal de Querétaro, quien en su columna, publicada en un periódico local, aseguró que “cuando se pierde un proceso electoral, la dirigencia renuncia a su cargo para que otros militantes retomen el rumbo, hagan los ajustes necesarios y se recomponga lo más pronto posible”.

Anaya no se cansó de sumar enemigos, con tal de ganar la candidatura presidencial; ahora es tiempo de pagar las facturas, y enfrentarse a todos aquellos que compiten por encabezar Acción Nacional: el grupo de los duros o conservadores, los calderonistas y la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional (Goan) -de la cual es miembro activo el gobernador Pancho Domínguez-.

El PAN enfrenta un proceso que determinará su futuro y los resultados, en el corto plazo, de las elecciones intermedias, que serán la primera prueba de fuego para quien tome las riendas del partido, pues Morena se ha convertido en una fuerza política avasallante y podría ampliar su ventaja en dichos comicios.

Lo inmediato es la elección interna y la disputa entre los grupos de Acción Nacional, que mal encaminada podría significar una fractura para el partido; la duda, sin embargo, que persiste es si Ricardo Anaya dará la batalla.