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La bicicleta, una política pública que debe quedarse

Por Staff Códice Informativo - 08/05/2018

La bicicleta es el símbolo de una movilidad que puede y debe ser mejor. Si queremos un Querétaro sostenible en el futuro, una nueva cultura vial es la base. Sin retroceder, hay que corregir y avanzar

 La bicicleta, una política pública que debe quedarse

Foto: Archivo

Si en algo coinciden los queretanos hoy en día es en que el tránsito de la ciudad está tornándose insoportable. Si bien aún no llegamos al punto de tardar tres horas en recorrer 10 kilómetros, en horas pico recorridos similares están tomando al menos 40 minutos. Y la situación empeora cada vez más.

La explicación es muy sencilla. Cada vez somos más personas las que vivimos en esta ciudad y sus alrededores, y la infraestructura no ha crecido al nivel adecuado. Sobre todo, porque la infraestructura a la que se le ha dado preponderancia en los últimos 20 años ha sido para privilegiar al transporte privado, y esto deja claras sus consecuencias; los nuevos distribuidores viales, puentes o pasos a desnivel que se han construido en los últimos años están colapsados.

La noción de desarrollar una alternativa al transporte privado apenas se comenzó a tomar en cuenta en los últimos seis años. Primero, con el reconocimiento de la necesidad imperiosa de modernizar el transporte colectivo, que tuvo un primer intento, aunque fracasado, con el tristemente célebre RedQ de José Calzada. Su impacto fue tal que incluso se volvió bandera electoral, una en la que se envolvió el Pancho Domínguez candidato y a la que batallado por responder su faceta de gobernador.

Qrobús ha empezado a ofrecer alternativas que, sin embargo, no terminan de cuajar entre los usuarios. Ha funcionado, pero no libre de polémica. Esta nueva propuesta no se detuvo solo meter algunos autobuses nuevos y generar un sistema de prepago sino que propuso la creación de infraestructura, y avanza poco a poco, pero avanza.

Aunado a esto, se vino en la última administración municipal la consecución de una política pública que le da preponderancia a la bicicleta como medio de transporte y no solo como herramientas de entretenimiento. De igual forma, tras un tímido intento en la administración de Roberto Loyola con la famosa ciclovía de Universidad, la de Marcos Aguilar ha desarrollado una red de ciclovías y un sistema de bicicletas compartidas que si bien no ha estado exento de polémica, empieza denotar el nuevo rostro de Querétaro.

Mucho se ha hablado de las ciclovías. Especialmente si están mal construidas, si su precio estuvo inflado, si no son utilizadas, si provocan mayor congestionamiento vial. Lo relevante al respecto es que el criterio de desarrollar políticas públicas tendientes a la movilidad no motorizada llegó para quedarse. Y empieza a rendir sus frutos.

El sistema de bicicletas compartidas, que en su primer intento fracasó por estar atado al proyecto de parquímetros y por la sospecha de haber sido inflado su precio en el contrato de concesión, llegaron a buen puerto hace un par de meses aunque sin que hicieran mucho ruido.

Pero lo cierto es que las bicicletas compartidas, no exentas de problemas, como todo, han superado los 60 mil viajes en estos primeros dos meses. Cada vez es más común ver ciclistas recorriendo la Avenida Universidad a través de la ciclovía, o ciudadanos utilizando las bicicletas compartidas en el Centro Histórico para recorrer más rápido y con menos esfuerzo cortas distancias.

Estas políticas públicas han sido señaladas, como la mayoría de las que se ejercieron durante el gobierno de Marcos Aguilar. No hace mucho entre los dimes y diretes intercambiados por un medio de comunicación y la Coordinadora de Comunicación Social del Municipio de Querétaro sobre los yerros o aciertos, dependiendo del cristal por el que se mire, que cometió la actual administración, llegaron al punto de que incluso un regidor priista presentó una denuncia. Al momento de su registro, el candidato priista a la alcaldía queretana, Pancho Pérez Rojas, blandió un marro y prometió destruir la infraestructura ciclista que se ha creado en los últimos años.

Es entendible que dentro del juego político, temas tan nobles como la movilidad no motorizada queden atrapados en la retórica electorera. Pero creemos firmemente que si Querétaro desea un futuro promisorio, es necesario atender sin reparos la agenda de la movilidad, dando preponderancia a los peatones, a los ciclistas y al transporte público, en ese orden, antes que al vehículo privado.

Falta mucho por avanzar, y seguramente los avances que se han hecho en los últimos tres años no son suficientes, o incluso pudieran estar mal implementados. Que se corrija. Pero no podemos permitir que la retórica electorera, a conveniencia de las aspiraciones políticas, contrarresten una agenda que no debe detenerse.

Aún falta crecer en la cultura de la movilidad alternativa. Miles de ciudadanos queretanos siguen sin estar de acuerdo con la infraestructura ciclista por no estar acostumbrados a ella. Para muchos candidatos, este descontento puede ser seductor para generar empatía y acarrear votos, pero la actitud responsable ante esto es avanzar en la agenda y desarrollar la cultura, como ha sucedido en las grandes ciudades del mundo, para que se entienda que la movilidad alternativa nos beneficia a todos, incluso a los que no se suben en una bicicleta.


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