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La naturaleza no entiende de política

Por Staff Códice Informativo - 28/09/2017

No conviene politizar los fenómenos naturales porque, inexorablemente, cobran factura

 La naturaleza no entiende de política

Foto: Staff

Si algo nos han enseñado los últimos días en México es que ningún gobierno puede enfrentarse a la naturaleza. El sismo que puso en jaque a la Ciudad de México, a Morelos, a Puebla y al Estado de México, o la fuerte lluvia que azotó a Querétaro y San Juan del Río, son muestras de la que las inclemencias de la naturaleza no entienden de política.

En ambos casos, y guardadas las distancias entre ambos fenómenos, los gobiernos reaccionaron de manera positiva. Esto no es menor; ante la crisis, hay administraciones públicas que no son capaces de actuar de manera inmediata para atender las necesidades primigenias de los más afectados, pero el gobierno de la Ciudad de México y el gobierno federal, en el caso del sismo (hay que exceptuar Morelos, que salió muy mal parado) y los gobiernos estatal de Querétaro y municipales de Querétaro y San Juan del Río salieron a las calles a hacer lo que tenían que hacer, en el caso de las inundaciones.

Pero las luces rojas se encienden no sobre la reacción, sino sobre la postura política anterior, en el caso de Querétaro, a las lluvias. Difícilmente un gobernante en la capital del país podría afirmar que a él no le va a temblar y que la ciudad no se le va a derruir. Sin embargo, en Querétaro las lluvias se volvieron un discurso político que, inexorablemente, ahora cobra factura.

Es evidente que el problema de las inundaciones en Querétaro es mucho más profundo de lo que aparenta. Es un problema de mala planeación urbana y crecimiento descontrolado de la ciudad que no se arregla de la noche a la mañana, y mucho menos respeta colores partidistas.

El socavón a un costado de Antea Lifestyle Center es una muestra de ello. A quien construyó la obra se le ocurrió que era buena idea desviar el curso natural del agua y hacerla pasar por debajo de una plasta de asfalto por un tubo. Las consecuencias están a la vista de todos justo al lado de uno de los símbolos más importantes del crecimiento y desarrollo de Querétaro.

En San Juan del Río, el gobierno del estado logró atajar el problema de inundaciones en las zonas que sufrieron el año pasado, pero en esta ocasión fueron otras las que reventaron. Asentamientos que en su mayoría se encuentran sobre el curso natural del Río San Juan y que nunca debieron ser dispuestos allí.

Como esos, hay muchos otros vicios ocultos que seguirán saliendo, uno a uno, conforme la naturaleza lo disponga, y no hay nada que puedan hacer los gobiernos para evitarlo. Lo único que se puede es hacer conciencia del origen de los problemas y corregir la manera en la que Querétaro sigue creciendo y desarrollándose.

Y es por eso mismo que no conviene politizar fenómenos como las lluvias. La discusión debe subir de nivel y el debate nos compete a todos, pues en un estado con la alternancia democrática que tiene Querétaro, una de las mas activas del país, la culpa en realidad la tienen todos.

 


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