Si roban a la policía municipal de Querétaro, ¿qué confianza pueden tener los ciudadanos en la seguridad?

Medir los niveles de seguridad no es una tarea sencilla de realizar. Juegan un papel preponderante la realidad y la percepción, que no siempre van de la mano. En Querétaro pasa un fenómeno similar, pues mientras hay cifras que muestran a Querétaro como la segunda ciudad con menos índice delictivo del país, otras como Encuesta Nacional de Seguridad Pública (ENSU) que hace el Inegi muestran un deterioro en la percepción de inseguridad

Y en este contexto, este martes por la noche, un grupo de cinco personas ingresaron a un módulo de la policía municipal de Querétaro y se robó las armas.

Ningún dato halagador puede contrarrestar la percepción negativa que provoca saber que es posible robarle armas a policías municipales, o que en Tlacote se puede transitar por las calles cuando de repente una camioneta se empareja para disparar con un arma de fuego y matar a una persona. Todo esto pasa en el municipio de Querétaro, a pesar de unas horas antes Marcos Aguilar declaró que la inseguridad que se vive en municipios aledaños afecta a la percepción de seguridad de Querétaro.

Cuando se presentan este tipo de eventos, es difícil pedirle a la ciudadanía que confíe en el trabajo que realiza la autoridad en materia de seguridad. Sería una generalización apresurada considerar que estos hechos, u otros que han sucedido en los últimos días, reflejan fielmente el panorama general, pero juntos sí que pueden comenzar a dibujar una pintura elocuente.

Además, debe de considerarse que el concierto nacional es mucho más desolador y esto impacta directamente en la postura y visión de los ciudadanos en torno a la seguridad. Todos los días somos inundados de noticias negativas que provienen de otros lugares del país, y como Querétaro no es una isla –el error fue pensarlo durante muchos años– ese ambiente permea a nivel local. No hay en México, y tampoco en Querétaro, mucha confianza en los gobiernos. 

Si este tipo de hechos tan emblemáticos no dejan de presentarse, no importa qué tan bueno sea el trabajo que se realice en materia de seguridad, el ciudadano no va a creer. Es de suma importancia que la Fiscalía General del Estado de Querétaro resuelva de manera satisfactoria el caso del módulo de seguridad del Parque Benito Juárez y que incluso castigue a los policías municipales, si es que están involucrados.

Pero también el municipio de Querétaro debe asumir la responsabilidad que tiene en materia de seguridad, y eso empieza por su propia corporación. Mientras en una parte de la ciudad le robaban armas, muy posiblemente con la colaboración activa o al menos omisa de algunos elementos, otros atendían un intento de robo en el Centro Histórico. La irresponsabilidad de unos elementos da al traste con el trabajo de otros y ensucia el trabajo que en general se realiza en materia de seguridad.

Querétaro se ha vuelto un estado más inseguro en los últimos años, esa es una verdad ineludible. Hasta el momento, los hechos siguen soportando esta cuestión, y es difícil que los ciudadanos observen avances en la materia, aunque los haya, mientras este tipo de hechos se sigan presentado. Contrarrestarlo es un reto de todos los órdenes de gobierno, y eso no excluye por supuesto a los municipios, y mucho menos a la capital del estado, que deberá comenzar por arreglar su propia policía, que ha provocado más de un escándalo desde que comenzó el trienio con el tristemente célebre Rolando Eugenio Hidalgo Eddy.