Fiscalía General del Estado: resultados visibles a un año de entrar en operación

Solo un día fue necesario para que la Fiscalía General del Estado diera con los responsables del crimen cometido en contra de Alejandro Ledesma Guerra, quien fue ultimado por la espalda cuando arribaba a las puertas de su bufete jurídico la mañana del viernes 19 de mayo.

Los principales indicios, que permitieron la resolución del homicidio, fueron un teléfono blanco que quedó tendido en la calle y los videos capturados por las cámaras de vigilancia en los edificios aledaños.

El primero habría caído de las manos de uno de los implicados, mientras que las cámaras habrían proporcionado la media filiación de los agresores que, a dicho de los vecinos, habían estado rondando el lugar desde días antes de los hechos.

Pero estos elementos, por sí solos, no dieron con el paradero de los presuntos homicidas, también fue necesaria la intervención de los peritos y el análisis especializado de la Fiscalía para que el asesinato no quedara impune.

Trabajo discreto, resultados visibles

El caso y la celeridad para atrapar a los culpables podría parecer sorpresivo, pero no para quien siga de cerca el trabajo que ha realizado la Fiscalía en poco menos de un año de operaciones.

Para ejemplo está el atentado dirigido contra el empresario Javier Rodríguez Borgio, dueño de Big Bola, cuyo hijo fue atacado cuando salía de Plaza Antea acompañado de sus escoltas. Solo dos días después, el 5 de agosto, la Fiscalía anunció que, gracias al trabajo de la Policía de Investigación del Delito, se había identificado a los responsables, los cuales habían huido a Guadalajara tras el ataque, ciudad en la que, con el apoyo de las autoridades locales, fueron finalmente asegurados.

Pero también los casos que involucran al ciudadano promedio han obtenido justicia: Arturo Ordaz Estrella, abogado de San Juan del Río, fue encontrado muerto y embolsado en las inmediaciones de la comunidad de San Matilde, un mes después los responsables de su muerte estaban vinculados a proceso. ¿La causa del crimen? Un préstamo que los asesinos no pudieron pagar. O, más recientemente, el asesinato de un menor que era limpiaparabrisas, quien tras participar en una riña fue lesionado a balazos por su contrincante; hoy el homicida está en la cárcel.

Otro caso: en diciembre del 2016, Mario Alberto Durán, mando policiaco de Pedro Escobedo, fue asesinado en una gasolinera cuando cargaba combustible; sus homicidas, que conformaban una banda de chupaductos a la que Durán pertenecía, fueron capturados poco tiempo después; cada uno ahora purga su condena en el penal de San José el Alto.

No solo homicidios, también otros delitos han sido resueltos, como las agresiones sufridas por Arturo Rueda, comerciante del Centro Histórico, cuyos atacantes fueron detenidos, así como los autores intelectuales, quienes resultaron ser inspectores del municipio de Querétaro.

O el robo a la casa de Yolanda Calzada, hermana de exgobernador José Calzada Rovirosa: los responsables fueron capturados a los pocos días mientras circulaban por una de las principales vías de la entidad.

El balance

El 30 de mayo, la Fiscalía General del Estado (FGE) cumple un año de iniciar operaciones en Querétaro, entidad que en los últimos años ha sostenido una dinámica de crecimiento económico y poblacional que la coloca ya a la par de las grandes urbes del país.

Combatir el delito en un estado con estas características fue el reto que en su momento asumió el equipo de trabajo encabezado por el fiscal general Alejandro Echeverría Cornejo; al desafió de la creación de la fiscalía se sumó la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal que, en la práctica, cambió por completo las reglas de impartición de justicia, tanto en la entidad como en el país.

Sin embargo, pese a que se podía esperar pocos aciertos en un contexto de cambio y reacomodo, lo cierto es que la Fiscalía acumula una cantidad importante de logros al resolver casos complejos que en otras administraciones habrían quedado en el olvido.