¿Faltó chile al guacamole?
José Calzada trata de regresar a la luz pública pero sus estrategias no parecen las adecuadas para pelear una candidatura que ya se ve muy lejana
Si algo no ha cambiado en Querétaro, son los liderazgos políticos. En su envestidura de gobernador, Francisco Domínguez Servién lleva la batuta del Partido Acción Nacional (PAN) y predomina en el escenario político local, pero del otro lado, José Calzada Rovirosa sigue siendo el referente de un desinflado Partido Revolucionario Institucional (PRI) que flaquea cada vez más a nivel nacional.
Y en la comparación de agendas, se nota. Mientras el gobernador Domínguez se encuentra en el Vaticano acompañando a la delegación queretana que expone las grandes bondades de esta tierra, en plena Santa Sede, el secretario deAgricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación a nivel federal invita a sus compañeros de gabinete a hacer guacamole.
Mucho ha intentado Calzada imponer agenda desde que llegó a la Sagarpa, con miras a construirse como una opción viable rumbo a la candidatura presidencial del 2018, sin embargo, no solo se trata de aparecer, sino saber aparecer, y aunque el aguacate es un tema que le compete, no es precisamente el camino para granjearse puntos en las encuestas, y más cuando el presidente Enrique Peña Nieto ha pedido su gabinete guardar las formas por los próximos meses.
Su mensaje tampoco permea a nivel local, donde su presencia está cada vez más reducida y su partido se nota aún aturdido por la derrota electoral del año pasado. La referencia luminosa que alguna vez fue es cada vez más cuestionable.
Tampoco ha salido bien parado de los encontronazos que ha buscado con Donald Trump. Pasó de sus grandilocuentes calificaciones de “excluyente, ignorante y racista” en contra del ahora presidente electo de los Estados Unidos, a asegurar que cambiar el TLCAN sería más perjudicial para el país del norte en materia agropecuario, y terminar afirmando que la renegociación del TLCAN no dañará el campo mexicano.
Sin duda José Calzada ha perdido chispa en el camino y su luz se desvanece poco a poco, mientras su adversario político local sigue acumulando millas en viajes de negocio y ahora, en el Vaticano, donde también fomenta la cultura y el arte queretanos.
Ni guacamole ni Trump son las vías correctas para tratar de recuperar la esencia de su liderazgo, aunque es bueno advertirle, de una vez y por todas, que la candidatura presidencial no está a su alcance.
