Día del Trabajo, Cocktail Explosivo

La cancelación abrupta del desfile del Día del Trabajo en Querétaro, ocurrida este domingo 1 de mayo, es histórica y atípica en una entidad que se caracteriza a nivel nacional e internacional por un clima de paz laboral y es prestigiada por la generación de empleos y crecimiento económico.

Un acto legítimo de los trabajadores queretanos se deformó en insultos y agresiones que llevaron a que el líder de la CTM en la entidad, J. Cruz Araujo Ávila, tomara la decisión de cancelarlo; y a que las autoridades estatales y líderes sindicales abandonaran el templete, desde donde observaban el paso de los contingentes de trabajadores.

Fue el primer desfile del día del trabajo del actual sexenio. Y también el primero en muchos años en que concluye de esta forma. En éste, se conjuntaron varios factores externos e internos de alta volatilidad social, federal y municipal, que hicieron que el cocktail explotara.

Este 1 de mayo se hicieron presentes en Querétaro las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, mejor conocida como la CNTE, que en todo el país se ha opuesto a la reforma educativa emprendida por el gobierno federal. En la entidad queretana, donde no tiene gran presencia como en otras entidades, pasaron de una manifestación a los actos violentos contra la reforma.

Por otro lado, el reciente conflicto de los trabajadores de recolección de basura del municipio de Querétaro, que llevó a un paro de labores hace unas semanas, parece que no ha quedado del todo zanjado al interior de las filas de ese gremio, pues volvió a resurgir en las consignas de este desfile del día del trabajo, donde por cierto, no estuvo presente el alcalde capitalino, Marcos Aguilar.

Ambas protestas, hay que reconocerlo, no son de injerencia estatal, sino federal y municipal.

Y si a estos factores se le agrega la presencia de reventadores y personajes señalados como anarquistas, el desfile derivó en un momento álgido.

A ello, hay que sumar una incapacidad de operación política por parte de diversas actores y áreas del gobierno estatal, por no prever y anticiparse a estos escenarios.Tal es el caso del propio secretario de Educación, quién es conocido precisamente por su habilidad política, más que educativa, y al que se le fue de las manos la operación con la CNTE, para evitar desmanes.

Lo mismo ocurrió con el secretario del Trabajo, que una vez más mostró su impericia en el dialogo político con los sectores laborales. Habrá que recordar que durante la huelga de la UAQ fue señalado por ser un elemento de choque, más que de solución entre las partes.

Hoy, estos factores fueron parte de un cocktail explosivo que le tocó escuchar y ver al gobernador de Querétaro en su primer desfile del día del trabajo en el cargo. Habrá que tomar nota y poner cartas en el asunto afuera y dentro del Palacio de Gobierno.