Abril 19, 2015

Serpiente de El Pueblito.

Le cuento que el candidato del PRI en el municipio de Corregidora, Javier Ortega tiene un fan que va a todos sus eventos. Se llama Miguel Ramírez Suárez y es regidor actualmente en aquella demarcación.

Resulta que este regidor hasta mediados de esta pasada semana, estaba en todos los actos del candidato del PRI, sin importar horarios ni itinerarios laborales.

Algunos reporteros notaron la extraña y oficial presencia y de plano uno de los compañeros le preguntó cuál era el motivo de ese “acompañamiento”; Ramírez Suárez no supo ni que contestarle y mejor opto por subirse a una camioneta y hacer mutis por el foro.

Encantador de serpientes.

Uno que de plano trae muy asoleada a la prensa que le da cobertura a su campaña, es el priista Manuel Pozo Cabrera.

Resulta que desde que arrancó la campaña a Manuel lo ha distinguido la impuntualidad. Sus eventos normalmente van con mínimo una hora de retraso de lo programado en la agenda que envían para la cobertura de sus eventos; incluso hace poco un evento se retrasó por más de 90 minutos recorriéndose de las 16:00 a las 17:30 horas y la explicación de su equipo fue que el candidato aún no salía de su evento anterior, el pequeño detalle es que el evento anterior había iniciado a las 11:00 a.m.

Algunos reporteros que cubren la campaña de Pozo no saben a qué se debe tanta impuntualidad, pero sospechan que el candidato aplica esa estrategia cuando de plano no quiere que haya prensa en sus eventos.

Hidra de Lerna.

En los rumbos de Hércules se les acercó un vecino a los candidatos del PAN Francisco Domínguez y Marcos Aguilar. Muy molesto les reclamó la cancelación de la estación del Tren de Alta Velocidad TAV.

El argumento del vecino fue que el gobierno les había prometido la mejora en la imagen urbana de sus barrios, lo cual no pudo ser tras la tristemente célebre suspensión indeterminada del TAV.

Horas más tardes en redes sociales se armo la polémica al acusar al vecino inconforme de ser militante del PRI. Quedando claro que no a toda la gente se le puede dar gusto todo el tiempo.