¿Satisfecha Carmen?

Carmen Aristegui seguramente hizo el “entripado” de su vida, una vez más vuelve a fallar en sus “investigaciones periodísticas”. Seguramente que no quedará satisfecha de su derrota periodística, la formal por supuesto; en la política de la mentira logró su objetivo, que algunos miles de mexicanos protestaran por aquello que Aristegui y su equipo “investigaron”.

El 9 de noviembre, la periodista Aristegui literalmente “explotó” una noticia en la que informó o mejor dicho, mal informó por medio de su noticiario que el Presidente de la República Enrique Peña Nieto, era propietario de una casa con valor de 7 millones de dólares. La periodista nunca mostró documento alguno que acreditara la propiedad. Tampoco presentó avalúo que confirmara el valor de dicho inmueble.

La “noticia” la subió y replicó “N” ocasiones en las redes sociales y vaya que causó malestar en miles de “tuiteros y feisbuqueros”, los cuales no confirman la aseveración de Carmen, simplemente le dan crédito a lo que ella informa; eso sí, después se suelta la andanada de improperios, insultos y agresiones en contra del Presidente, como confirmando cuál fue la verdadera razón de esa “investigación periodística”: el descrédito y acrecentar el odio.

Doña Carmen si bien ilustra su reportaje con fotografías con las cuales pretende “ofender a los mexicanos por la ostentación”, habiendo enfocado el “odio” hacia el Presidente de la República. Logró su objetivo solo en aquellos que creyeron su mentira en aras del ejercicio del periodismo libre y sin censura. Sin embargo nunca corroboró y por tanto mintió sobre la titularidad de los derechos reales del inmueble; la casa no es del Presidente, es de su esposa y están casados bajo el régimen de separación de bienes ¿Mintió o se equivocó? Creo que mintió con toda la intención de crispar más el ánimo de millones de mexicanos dolidos por lo acaecido con los normalistas de Ayotzinapa. Buen tino del momento político, mal tino en su fallida y perversa investigación.

La señora Angélica Rivera, tuvo que salir al paso y aclarar la perversidad que afecta a su familia; con documentos que hoy circulan en los medios, demuestra quién fue el adquirente del inmueble, que el precio del mismo de 54 millones de pesos y no el de los 7 millones de dólares que dijo Carmen costaba y, además, que el inmueble fue comprado con reserva de dominio, vamos que ni siquiera es de ella hasta que no pague la hipoteca ¡Aclarado el asunto!

Lo cierto que Doña Carmen Aristegui, no es la primera ocasión que hierra en sus “investigaciones periodísticas”, las cuales pretende hacer pasar como ciertas. Decía un maestro cuando estudiábamos la Licenciatura en Derecho: “Repite una mentira cien veces y se convertirá en verdad”. Vaya que Doña Carmen bien que aplica este dicho. Lo mismo le sucedió con Cuauhtémoc Gutiérrez, aquella mujer que dijo ser objeto de trata de personas, terminó confesando que le pagaron por la entrevista que le hizo Carmen Aristegui.