×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




Opinión de un queretano

Por - 13/04/2015

A una semana de haber iniciado las campañas en Querétaro, son varias las líneas que pueden observarse, desde el hecho de que, a diferencia de […]

 Opinión de un queretano

A una semana de haber iniciado las campañas en Querétaro, son varias las líneas que pueden observarse, desde el hecho de que, a diferencia de hace seis años, hoy se palpa más activismo en las redes sociales y en el internet, hasta la forma de participación presencial de los equipos de campaña; ahora se ha visto menos gente en las calles haciendo proselitismo que en el 2009.

Llama la atención la campaña del candidato a gobernador de la alianza encabezada por el PRI, sobre todo por la cantidad de propaganda política, pero también por el mensaje que envía en su publicidad electoral. Hay al menos dos componentes que merecen ser comentados y que son la esencia del mensaje que envía: “palabra de queretano” y “gobierno a la queretana”.

Y es que la dinámica sociocultural de nuestra entidad hoy en día, y más aún en las zonas urbanas de nuestro estado donde se concentra aproximadamente el 70% del electorado, ha cambiado mucho. Hoy la propia secretaría de Gobierno estatal afirma que llegan alrededor de 40 familias diariamente; de las cuales la inmensa mayoría es migración interna, es decir familias de mexicanos que llegan de otros puntos de la república a vivir a Querétaro. Es probable que el aumento en el padrón electoral (aproximadamente 22.5%) obedezca en gran medida a esa migración interna de mexicanos que hoy han elegido asentarse en el estado.

Platicando con algunos amigos, uno es hidalguense con veinte años de residencia aquí y los otros capitalinos con más de quince años de vivir en Querétaro, me decían que a ellos no les hace sentido el mensaje que Roberto Loyola quiere enviar a los electores ¿qué diferencia tiene la palabra de un queretano con la de un hidalguense o la de un chilango? 

No somos queretanos de nacimiento, pero aquí vivimos, aquí elegimos establecernos y nos gusta Querétaro igual o más que a algunos que aquí les tocó nacer“, me comentan en sobremesa. Me quedo pensando y concluyo que un gentilicio tal y como lo proyecta la actual campaña del PRI en lugar de incluir, excluye, segrega, aparta.

Tomando en cuenta que en nuestro sistema democrático las elecciones son el momento cumbre de la incidencia ciudadana, hablar de queretaneidad pudiera no ser lo más óptimo para convencer al electorado. Más que persuadir, el mensaje se traduce en una barrera simbólica y así he sentido el pulso de muchos en las redes sociales; quizá la “palabra de queretano” o “el gobierno a la queretana” no sean elementos simbólicos emotivos ni impresionantes que puedan influir en la decisión al momento de emitir el voto.

Un slogan que no sólo no dice mucho, sino que además, contrario al objetivo que debiera tener de acercar al candidato con los electores, más bien tiene el efecto inverso: distingue a un candidato lejano a la población, principalmente a aquella población no nacida en Querétaro pero que será sin duda la gran protagonista el próximo siete de junio. Finalmente serán esos electores quienes decidirán el resultado de la elección.

Quizá estoy equivocado, quizá los focus group y los estrategas de la campaña de Loyola tienen una brújula más acertada, tal vez ese no sea el mensaje más importante de la campaña, (pero por ahora es el que ha predominado). Lo cierto es que a ocho días de iniciada la contienda, no ha llegado un mensaje que emocione, que inquiete a todos los que vivimos en Querétaro.

@DiodoroCS


Otras notas



De nuestra red editorial