Nadie tiene garantizado el triunfo electoral

Las y los adelantados ya andan en campaña dese hace meses, algunos de años y ni así tienen segura la candidatura, mucho menos el triunfo electoral. Ningún partido tiene la militancia para amarrar triunfos anticipados como en antaño.

Si a eso sumamos el los electores “switchers” son los que deciden triunfos o derrotas, las cosas se vuelven más inseguras para todos los que competirán próximamente. Bueno ni los adelantados como Merced Aguilar, que se aventuró a “lanzar” a su candidato con la advertencia de que pedirá al Consejo Político que lo postule, comprometiendo con criterio añejo –en masa- el voto de los comerciantes en pequeño, cuando que en la práctica es lo más odiado el voto corporativo. Práctica que ha desaparecido, en cualquier agrupación hay miembros de todos los colores. Más bien esas posturas clientelares tienden a perjudicar al que impulsan por interés personal.

Todos los partidos están en las mismas condiciones, solo en el discursos de sus dirigentes pueden aseguran los triunfos, en la práctica nadie tiene el voto ciudadano en la “bolsa”. Es menospreciar la inteligencia del electorado. Dependerá del candidato, del partido y de la campaña que realice, sumado a la situación que se viva en el país, en el Estado y en el municipio que se gobierne. Son muchos los factores que hoy día influyen en los triunfos o en las derrotas. El ciudadano que acude a las urnas decide por sí solo y muchos de ellos toman la decisión cuando están en la casilla, en ese instante deciden el sufragio. Por ello aquella historia que nadie ha podido probar que han pagado por el voto llevando la fotografía que acredite que votaron por quien paga, eso prueba la inseguridad.

Obvio que es factor importantísimo la estructura electoral que opere durante el proceso electoral y el día de la jornada electoral; esa estructura humana bien entrenada, capacitada, preparada es la que sabe cómo operar y nadie, hasta ahora, ha conformada una que garantice ganar la elección. Mucho menos en Querétaro, lugar en el que el elector sabe emitir el voto diferenciado, no votan en cascada por un solo partido y sus candidatos. Las capacitaciones de ideología y práctica deben amalgamarse para triunfar.

Si a todo esto añadimos el ingrediente aquel de la inseguridad de las candidaturas, las cuales aun no están “dadas”, a pesar de que muchos creen tenerlas en la “bolsa”, mayor incertidumbre encontramos. Las precampañas están por iniciar y no hay nada para nadie; me preguntan de candidatos o candidatas competitivas y los que conocen poco de la militancia de los partidos no dan más de tres nombres y su lista se agota. Sin embargo en todos hay bastantes, pero ¿Acaso serán competitivos en garantizar el triunfo? Ninguna y ninguno lo garantiza por sí.

En las elecciones del 2009, un amigo panista me afirmaba que si el PRI había estado 70 años en el poder, ellos estarían otro tanto; cruel realidad, perdieron la Presidencia de la República, la gubernatura del Estado, después la presidencia municipal. Así de sencillo ¡Nadie tiene asegurada la candidatura, mucho menos el triunfo!