Mujeres juntas…que bueno

Cerca del mediodía, cuando el sol ya calienta, el leve rumor comienza a crecer.

Sale, casi con sigilo, del Auditorio “Fernando Díaz Ramírez” de la Universidad Autónoma de Querétaro. Ya se escucha acá, en la fuente que está vacía. Y sigue…se cuela por los pasillos de esta Alma Mater, a sus aulas, auditorios y salones. Camina cautelosa por los laboratorios, donde los técnicos poco quieren saber de esta.

Pero sigue…se escurre decidida por las calles de Querétaro…se va a sus municipios…a la Sierra Gorda.

Es la voz de la mujer la que, en tiempos electorales, se hace presente.

Pero aquí, en el Auditorio, toma forma con gallardía, con entereza, con bravura de mujer valiosa.

Son las voces de mujeres políticas que vienen a presentar el libro “Contigo aprendí” Una Lección de Democracia gracias a la Sentencia 12624, de las escritoras Adriana Ortiz Ortega y Clara Scherer Castillo, aquí presentes.

Ellas dos y otra media docena de ellas que llenaron el presídium – más casi trecientas que colmaron la butaqueria del auditorio – son “mujeres que han luchado por otras mujeres” como ahí se dijo.
Pero la presentación del libro llega a Querétaro en el momento preciso de la efervescencia partidista, cuando se integran las propuestas a los cargos de elección popular, cuando está fuerte el jaloneo por las fórmulas de los Ayuntamientos.

Y ahí presentes, muchas de las protagonistas. Mary García del PAN, que empujada por las decisiones cupulares de su partido – sus iniciales son Ricardo Anaya, José Luis Báez – la bajan para trepar, artificiosamente, al Ing. Eduardo Nava Bolaños. Y está en pie de guerra…política. Dice que llegara hasta donde sea necesario. “Si el tiempo ya no me alcanza, que quede como antecedente para que a ninguna mujer, sea del partido que sea, le vuelva a pasar”, me dijo.

Arriba en el presídium o abajo, en el lunetario – todas ahí son iguales, todas valiosas – abordan la equidad de género. Ahí la luchadora social y feminista Martha Angélica Tagle García que, con vistosa blusa naranja, se toma orgullosa la foto con un grupo de pre candidatas queretanas de Movimiento Ciudadano. Tagle García fue de las mujeres que para las elecciones del 2012, metiera con calzador el respeto a la cuota de género, hoy convertido en ley.

Pero en los partidos – en la generalidad – “ni las ven ni las oyen” y la cúpula del poder de estos, están haciendo sus enjuagues y empujando a las mujeres.

Lo que paso en Corregidora con el PRI, es fiel expresión de ello. Con Héctor González Flores se van otros priistas de renombre. En esta misma página de Códice se encuentran sus nombres. Y con Héctor – atizado que fuera para buscar el cargo – también sale su señora esposa, Mireya Maritza Fernández Acevedo. Y ahora mismo un valioso grupo de mujeres priistas – cuyos nombre me reservo por respeto a su lucha – están “inconformes hasta la coronilla” por la poca defensa a su condición de mujer que ha hecho su organización, la ONMPRI; por la falta de equidad de género que sigue prevaleciendo en el PRI. Y ya tocan puertas en la capital del país.

¿Qué será necesario que también estas se vayan?

Y mire usted quiénes más estuvieron en esta presentación de libro: Lupita Murguía – que hoy amarra su pluri, pero que está en la puja por la presencia política de la mujer –; Ruth Zavaleta, Claudia Quezada – ex panista y ahora priista – Silvia Hernández, ahora internacional en su lucha; la senadora Marcela Torres, panista; la senadora Alejandra Barrales; Martha Gloria Morales, de la UAQ; Berenice García Vega y Ángeles Arteaga, que por Movimiento Ciudadano buscan una candidatura; también las magistradas Gaby Nieto, presidenta del TEEQ y Cecilia Pérez Zepeda, moderadora de este evento.

Ahí, en el “Fernando Díaz Ramírez” las voces de la mujer subieron de tono. Se les escuchó molestas, enmuinadas.

“A este país – dijo la Barrales – le iría mucho mejor si hubiera más mujeres tomando decisiones”. Otras fueron más allá, como la voz de la mujer que desde el lunetario exigió que en este 2015 “no haya elecciones hasta que se nos respete la equidad”.

Y por las mujeres para el proceso que corre y en estos diez partidos registrados, “la democracia es una farsa” como ahí también se dijo.

Y los números hablan.