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¡Lo que diga mi partido!

Por Héctor Parra - 04/03/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Frase desgastada de políticos: “Lo que diga mi partido”. O bien: “Estoy a disposición de lo que ordene mi partido”. Lo cierto es que los […]

 ¡Lo que diga mi partido!

Frase desgastada de políticos: “Lo que diga mi partido”. O bien: “Estoy a disposición de lo que ordene mi partido”. Lo cierto es que los partidos políticos no dicen nada, son entelequias jurídicas; todo los que sucede en los partidos lo deciden los grupos de poder al interior de esos partidos.

Siempre ha sido así y por lo visto continuará esta manera antes de perder el control. Por eso fue que el PAN, quien se decía anteriormente el ente democrático por excelencia, terminó decidiendo las candidaturas por la vía del “dedazo”. Método viejo pero muy efectivo que ocasiona menos daños que los procesos de elecciones cerradas o abiertas.

Sin embargo en el PAN ante la inexperiencia de los “dedazos” han generado una severa división entre los aspirantes; las impugnaciones y deserciones se les vinieron encima, junto con lo desaseado de su elección interna de la dirigencia estatal, también decidida desde arriba y no por la militancia, la que de suyo rechazó a Pepe Báez y compañía.

El autonombrado y autoreconocido como el “honesto demócrata” de Andrés Manuel López Obrador, acostumbrado al cacicazgo decide al interior de su partido -sí, su partido- Movimiento de Regeneración Nacional, las candidaturas importantes bajo su más estricta responsabilidad y nadie osa reclamarle; después de haber agotados sus propios intereses o caprichos personales, aplicó un nuevo y novedoso método de selección de candidatos nunca antes visto: por sorteo a través de la tómbola. Por supuesto que la tómbola puede estar “cargada” y decidir por medio de una previa programación.

En la sesión que tuvieron apenas hace unos días en Querétaro, el Ingeniero Mario Quiroz Gatica, hombre nacido en la izquierda, expriistas y experredista, de vieja trayectoria en las luchas electorales, fue minusvalorado por la candidata de Morena al gobierno del Estado, Celia Maya García, y todo porque aquel pretendió una elección interna para decidir la candidatura. Lo que ignoró el Ingeniero Quiroz, fue que en Morena tampoco hay democracia electiva: es “selectiva”; y desde medianos del año pasado Amlo había decidido que Maya iba a ser la candidata, como así sucedió. Lo que no se vale es ignorar la trayectoria política de Mario Quiroz, como lo hizo Celia Maya.

Del PRI, poco podemos comentar, los métodos siempre han sido los mismos, por ello logra cohesionar la mayoría de las veces a sus Sectores, Organizaciones y demás fuerzas políticas. Cuando intentó cambiar el método “cerrado” por el abierto, resultó todo un fracaso, no solo por la enorme operación que requiere montar todo un sistema electoral interno; sino por los resultados. Ahí surgieron las dolorosas y estrepitosos derrotas, las divisiones y deserciones se hicieron presentes y las traiciones videntes.

PRD y el chiquillerío están de mal en peor; son pocos y aun así se desgranan; otros ruegan y ofrecen candidaturas, no les alcanza para llenar planillas. En conclusión, los métodos del PRI fueron una mala copia en la oposición. Al final la verdad es que: El partido no decide, unos cuantos son los que deciden las candidaturas.

Héctor Parra


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