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La recta final

Por Andrés González - 24/05/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

A diez efectivos días de campaña, pareciera que en Querétaro ya hemos visto y oído todo, entre los partidos políticos, entre los candidatos. Empero, en […]

 La recta final

A diez efectivos días de campaña, pareciera que en Querétaro ya hemos visto y oído todo, entre los partidos políticos, entre los candidatos.

Empero, en el cierre de campañas -que ya se preparan en los diferentes partidos y que algunos realizarán varios zonaleslas partes estarán buscando mostrar el músculo, con tumultuosos eventos -“acarreados” les llaman- para tratar de afianzar voluntades, para impresionar a los indecisos, para poner a prueba a su propia estructura.

La lucha por la gubernatura -creo- se ha centrado en los dos principales partidos políticos, si consideramos los votos pasados en al menos las últimas cinco elecciones -tres para el PRI, dos para el PAN- separados significativamente del resto de las fuerzas políticas.

La alternancia real se da en el estado en las votaciones de 1997, cuando irrumpe Acción Nacional en la gubernatura de Ignacio Loyola por este partido, rompe la hegemonía del PRI en la entidad y de paso, gana a uno de los políticos emblema a nivel nacional de ese partido.

Empezaba una nueva época política para Querétaro, para Acción Nacional.

Las elecciones del 2003 marcan la cresta de la ola de este partido, tanto a nivel local como a nivel nacional. Son las intermedias nacionales de Vicente Fox -cuando iniciaba su desgaste político- pero en la entidad el gobierno distinto de Ignacio Loyola, influye en las elecciones estatales de ese año.

Y entra, no sin esfuerzo, Francisco Garrido Patrón, luego de que éste “secuestró” el proceso interno de su partido para acceder a la gubernatura. Dejó groguis a sus adversarios internos.

Y llega el proceso del 2009, con un Garrido desgastado que encabezó una forma de gobernar con marcados indicios de soberbia, sin contacto con la ciudadanía y con la postulación de un candidato -Manuel González Valle- que no entusiasmó al electorado.

En tanto, el PRI venía por la revancha. Un joven intrépido, José Calzada Rovirosa, hijo del Arq. Antonio Calzada Urquiza, que había sido gobernador por el PRI en la década de los setentas -1973-1979- comienza con aparente desventaja su campaña, pero semana a semana va sumando a grupos, realiza al interior del PRI la suma de todos los actores políticos y con más de 35 mil votos de diferencia que representaron el 5.2 de porcentaje, rompe los doce años de dominio panista en el gobierno estatal.

Y llegan las elecciones del 15, luego que en las intermedias del 12 y con el PRI en el gobierno del estado, este partido pierde la mayoría y se desdibuja en el Congreso del Estado, porque el tricolor suma en solitario solo seis distritos pero en la suma con sus aliados alcanza los nueves, cercanos pero inferiores a los 10 que en solitario alcanza el PAN.

En tanto y en los municipios, la superioridad del PRI y sus aliados si se hace manifiesta, pues alcanza 13 de los 18 municipios, dejando para el PAN solo seis, que incluye a tres de los que integran la llamada “zona metropolitana”, El Marqués, Corregidora y Humilpan.

Hoy, a diez escasos días de que se cierren las campañas, la moneda está en el aire, sin claridad para ninguna de las partes y si bien -al parecer- la guerra sucia agotó todas sus bombas de humo pestilente, estos dos partidos PAN y PRI, exhibirán lo mejor de sus propuestas, tratando de evitar caer en descalificaciones por el temor de que, por estos, el ciudadano les retire su voto.

La promoción del voto está a todo lo que da.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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