Habrá que estar preparados si no están vivos

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, es la frase que han acuñado los padres de los normalistas desaparecidos, así como por grupos solidarios y extremistas que se han sumado a la proclama nacional que ha trascendido las fronteras de México.

Ha transcurrido más de un mes y las pistas dadas por los delincuentes a la autoridad han sido falsas; los primeros detenidos aseguraron que dieron muerte a los normalistas e inhumaron los cuerpos en fosas clandestinas; la autoridad ministerial encontró las fosas y restos humanos, pero no correspondían a los normalistas.

La investigación continuó y encontraron más fosas con restos humanos, tampoco correspondían a los normalistas de acuerdo a resultados de ADN. Y así, en el “camposanto” de los delincuentes han encontrado más y más restos humanos, pero nada de los normalistas. Eso alienta a las familias y a todo México de que exista la posibilidad de encontrarlos vivos. Participan peritos argentinos ante la desconfianza de los grupos que asesoran a los familiares.

El protagonismo que caracteriza al padre Alejandro Solalinde, alteró los ánimos de los padres de familia y de las autoridades, al asegurar a los medios de comunicación que cuenta con información verídica que confirma la muerte de los normalistas, gracias a las “confesiones” de feligreses que no tienen confianza en las autoridades y en él sí; llegó hasta el Procurador para dar la información. Después pediría perdón a los padres de familia por sus indiscreciones.

Toda vez que en los lamentables hechos se involucran autoridades municipales -hasta ahora- quienes dieron la orden de detención y presunta ejecución de los normalistas, el delicado tema invadió la esfera político-electoral lanzándose acusaciones entre actores políticos de influencia nacional, los cuales se han visto involucrados en el asunto, por apoyar al presunto “narco presidente” municipal de Iguala, José Luis Abarca. De tal suerte que algunos han pretendido calificar el hecho como “crimen de estado”. El asunto trascendió las fronteras, está en manos del perredista que labora en la CIDH, Emilio Álvarez Icaza, cuya sede se localiza en Washington. El gobierno federal hace ya presencia legal ante esa instancia Internacional de Derechos Humanos.

Ante la detención del “líder” del cartel “Guerreros Unidos”, Sidronio Casarrubias Salgado, quien supuestamente participó en la desaparición de los normalistas, nacieron nuevas pistas en otro municipio del Estado de Guerrero. La investigación continúa. Muchos delincuentes detenidos, policías municipales coludidos con la delincuencia organizada, un gobernador que pide licencia ante la presión social y política, una petición de desaparición de poderes en el Estado de Guerrero, un gobernador sustituto, más y más información, sin embargo hasta ahora nada de los estudiantes normalistas.

Los ultras han aprovechado la desgracia de las familias para manifestarse violentamente, en pos, dicen ellos, del esclarecimiento de los hechos y el castigo a los responsables. Grupos radicales criminalmente queman y destruyen todo lo que a su paso encuentran. Otros cierran casetas de peaje y piden dinero, unos más -los pacíficos- promueven marchas y paros estudiantiles. Manifestaciones de repudio a nivel internacional por algunos grupos. Los extremistas generando daño al prestigio internacional de México. Crecen los inconformes como si con ello resolvieran el problema.

Incluso el propio Presidente de la República Enrique Peña Nieto, se reunió con familiares de los desaparecidos, estudiantes adoctrinados en la desconfianza y asesores que acompañan a todas partes a las víctimas. El Presidente de la República sigue en su empeño en que se esclarezca cuanto antes este penoso y delicado asunto y para ello ordenó -desde que la PGR atrajo el asunto- la presencia de autoridades federales y fuerzas de seguridad para atender y resolver el problema lo antes posible. El gobierno federal poniendo toda la fuerza del Estado para la atención de víctimas y solución del asunto. Voluntad manifiesta sin límites del Presidente.

Nada hasta ahora sobre los desaparecidos. Una realidad que puede darse y debe estarse preparado para ello: que los estudiantes hayan sido asesinados ¿Cuál será la reacción de los grupos extremistas y familiares que reclaman vivos a sus hijos? Seguramente más violencia como justificación, aunque no tengan razón para ello. Por eso las autoridades deben estar preparadas para contener esa posible ultra reacción de agresividad que se ve venir. La paz social debe prevalecer como bien general a protegerla ante cualquier contingencia que la amenace. México no está para experimentos de violencia, para eso están las instituciones y en ellas descansa nuestro sistema jurídico y democrático. Habrá que defender ese estado de derecho; la mayoría de los mexicanos estan de acuerdo en ello. Y sin embargo, lo deseable sigue siendo que ¡Los estudiantes regresen con vida!