×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




El PRI no quiere perder y el PAN ¿no quiere ganar?

Por - 18/01/2015

Luego de conocer una encuesta en días pasados del Gabinete de Comunicación Estratégica, donde se advierte que tanto PRI como PAN están prácticamente empatados en víspera […]

 El PRI no quiere perder y el PAN ¿no quiere ganar?

Luego de conocer una encuesta en días pasados del Gabinete de Comunicación Estratégica, donde se advierte que tanto PRI como PAN están prácticamente empatados en víspera de la elección gubernamental que se avecina en junio próximo, surgen varias aristas que podrían ser analizadas en torno a estos dos institutos políticos; ya que en ambos partidos se advierte la presencia de al menos dos grupos que no terminan de ponerse de acuerdo y buscar unidad para salir fortalecidos rumbo a las campañas constitucionales.

En el caso del PRI queretano es fácil palpar el esfuerzo que el gobernador Calzada hace por tratar de prolongar su influencia cuando termine su sexenioEn política la forma es fondo y en este caso se han podido advertir varias formas del primer priista de Querétaro que buscan, en el fondo, seguir teniendo presencia en la vida pública, más allá del primero de octubre del 2015; el intento por encumbrar al frente del partido a uno de sus incondicionales sin que hubiera resultados patentes en el trabajo partidista; la prolongación en la permanencia del dirigente sin reconocimiento de la militancia hasta bien entrado el mes de diciembre del 2014 sin permitir -al menos de forma cómoda- las maniobras y la consolidación del aspirante más aventajado y su equipo; la imposición de perfiles en al menos dos de los cuatro distritos federales del tricolor; la tentación de controlar toda la información que se genera en la agenda pública de la entidad; así como los mecanismos de contención que mediáticamente se han instaurado para frenar los avances de los opositores al priismo queretano; son sin duda señales muy claras que apuntan a una preocupación evidente del grupo en el poder que pretende a toda costa seguir ejerciéndolo: el PRI en Querétaro no quiere perder.

Dejando del lado la parte económica y los promisorios proyectos que se visualizan a futuro en la entidad, tales como el Tren de Alta Velocidad TAV, la ciudad de la salud, el imparable desarrollo urbano y por ende los ventajosos negocios inmobiliarios, así como las inversiones extranjeras que constantemente llegan, hacen que Querétaro aparezca como territorio promisorio en las agendas de los grandes empresarios nacionales cercanos al gobierno federal; no en vano polémicos constructores se visualizan participando en la construcción del TAV; un influyente grupo empresarial compra el equipo de fútbol de casa y se sube al proyecto inmobiliario de Ciudad de la saludamigos de Peña Nieto anuncian proyectos logísticos en las inmediaciones del aeropuerto; personajes con información privilegiada compran grandes reservas de terrenos ejidales; en fin, Querétaro tiene futuro y la marca tricolor debe asegurar la continuidad de los réditos empresariales  en el corto plazo.

Otro factor digno de análisis es el de las señales que envía el virtual candidato a gobernador del PRI y su equipo cercano. Hay quien piensa que se pasan de institucionales, con tal de no poner en riesgo la viabilidad del proyecto político que deben impulsar y defender a costa de todo. Mantener la cortesía política por encima de las decisiones y designaciones de los “calzadistas”, denota un temor fundado en los “loyolistas” por dejar de tener los “apoyos” necesarios para ser competitivos en la elección; quizá no tengan en cuenta la disciplina e institucionalidad que todos los priistas incluyendo a los salientes deben mostrar en torno a la figura del presidente Peña Nieto y del propio Comité Ejecutivo Nacional de su partido; tal vez se olvidan que si se pierde Querétaro, uno de los más afectados será el propio José Calzada al no poder refrendar los afectos de Querétaro en el partido que lo abanderó hace seis años; si se pierde Querétaro el primer priista de la entidad habrá constatado que Querétaro dejó de creer en él; las malas decisiones, los malos candidatos y la falta de operación partidista ya se hicieron presentes en la elección del 2012; la nueva dirigencia estatal y el grupo que la impulsa deben darse cuenta cuanto antes de que el PRI gobernante no quiere, no puede y no debe perder en 2015.

En la casa de enfrente los panistas andan por un rumbo similar; la interrogante que se asoma apunta a que el PAN no quiere ganar. Y es que Querétaro hoy más que nunca es un terreno fértil para que Acción Nacional recupere la gubernatura y los principales cargos de elección popular, sin embargo los caprichos, los excesos y la obstinación del dirigente nacional Ricardo Anaya por no repartir el juego entre los liderazgos más visibles y aventajados con miras al 2015, hacen pensar que esta cuestión bien podría ser una afirmación de la dirigencia nacional panista.

Y es que hoy Querétaro conjuga parte de la problemática nacional con los propios problemas que se generan en el estado. Las malas decisiones federales de una reforma fiscal que quitó beneficios a prácticamente todos los sectores de la sociedad: las transnacionales y su régimen de consolidación, las limitantes de deducción a todos los patrones por diversas prestaciones otorgadas a sus trabajadores, la eliminación del régimen de pequeños contribuyentes que busca ahora exprimir ganancias de los que menos tienen con la “formalización” y los impuestos especiales en diversos productos alimenticios que aunque con alto contenido calórico se convierten en el pan de todos los días de la base de la pirámide; así como el raquítico estado de la economía nacional, con un dólar en cotizaciones históricamente altas, ingresos petroleros sobrestimados para el presupuesto nacional, incrementos ofensivos en los combustibles, tarifas de energía eléctrica a veces hasta escandalosas; y qué decir de la situación política, un presidente de extracción priista con los más bajos niveles de popularidad, escándalos de corrupción que opacan su figura, su familia y la de algunos miembros de su gabinete así como la continua percepción de ineficiencia en algunas áreas estratégicas; el permanente agravio a algunos sectores de la sociedad también es una pieza que juega en contra, Ayotzinapa, Tlatlaya, Michoacán, Oaxaca y Tamaulipas, por mencionar algunos casos, son constantes en la agenda noticiosa donde se transmite que la autoridad del estado no siempre cumple con sus fines; esto sin duda en nada abona a los fines político-electorales del Revolucionario Institucional.

Aunado a lo anterior el análisis obliga a enumerar algunos problemas que han surgido en nuestra entidad: el fracaso en la Red de Transporte Público Metropolitano es un constante recordatorio en los usuarios sobre sus decisiones políticas; el crecimiento desmedido y sin planeación de la zona urbana en los últimos años; el escandaloso tráfico en toda la zona metropolitana y la insuficiente infraestructura vial; la prioridad de destinar recursos a obras viales que en muy poco beneficiaron a la sustentabilidad de la ciudad; la realización de obra pública con miras al lucro inmobiliario de algunos, más que en pro de la colectividad; la tibieza en las decisiones que permitan y aseguren el desarrollo sustentable de la zonas urbanas; el colapso en la infraestructura pluvial, la constante ascendencia en los índices delictivos; el aumento en la percepción de inseguridad por parte de la ciudadanía; los escándalos de grabaciones que desnudan la forma en que algunos miembros del gabinete ejercen sus funciones; la inactividad y falta de resultados en algunas carteras;  las desapariciones que pretenden ocultarse debajo del tapete; el irresponsable gasto en áreas muy cercanas a la oficina del gobernador, que podría traducirse en desviación de recursos públicos; el magro curriculum de algunos colaboradores que más que ayudarle perjudicaron la imagen del gobernador; los nuevos ricos, que deja el sexenio que se va; son entre otras las constantes que agravan e influyen en el queretano consiente al momento de tomar decisiones.

Por todo esto es evidente que el PAN bien aplicado, no está lejos de ser una opción real de cambio en Querétaro; sin embargo, los egos, la mezquindad de su dirigente nacional, la falta de reconocimiento y apoyo a los virtuales candidatos para 2015, hasta la oscura operación política de algunos militantes tanto en las altas esferas del poder, como en el ámbito local en contra de su propio partido, dan por sentado que la interrogante planteada líneas arriba se podría convertir en una afirmación, y es que teniendo todo esto a la vista es fácil intuir que tal vez el PAN en Querétaro no quiere ganar las elecciones del 2015.


Otras notas



De nuestra red editorial