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C.C.P. Marcelo Ebrard Casaubón

Por Arturo Maximiliano García - 24/05/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Don Marcelo, antes que nada debo decirle que tiene usted un currículum sólido y peculiar, particularmente en lo que se refiere a su capacidad de […]

 C.C.P. Marcelo Ebrard Casaubón

Don Marcelo, antes que nada debo decirle que tiene usted un currículum sólido y peculiar, particularmente en lo que se refiere a su capacidad de encontrar vitrinas en cualquier punto de la geometría política mexicana.

Usted ha pasado de ser en los inicios de su carrera un exitoso secretario general del PRI en el Distrito Federal, para años después -en 1997- ser diputado federal registrado por el Partido Verde Ecologista; posteriormente, miembro fundador del extinto Partido del Centro Democrático, donde ocupó efímeramente la Secretaría General; pasando en corto tiempo a ser militante del PRD, partido que lo postuló para el más alto cargo que ha tenido el día de hoy; candidato a diputado propietario y luego a suplente por el partido Movimiento Ciudadano.

Habilidad, capacidad, o camaleonismo, llamémoslo como sea, pero alguna cualidad se requerirá para eso.

Sin embargo, en lo que era casi una ininterrumpida carrera política, vino el año de los errores, el año en que pudo ser presidente. En 2011, aún siendo aún Jefe de Gobierno del D.F., gozaba de popularidad y reconocimiento no sólo de los simpatizantes de su partido el PRD, sino de un grupo importante de indecisos e incluso de militantes de otros partidos que llegaron a hablar de la posibilidad de una candidatura común con el partido que debería ser su antítesis, el PAN.

Su paso como gobernante de la ciudad más importante del país consolidó la percepción de que sabía cómo hacer un buen gobierno, que además creo lo hizo.

Usted y su equipo le dieron su toque distintivo a la Ciudad de México que destacaba de las entidades federativas porque siendo mucho más complicada de gobernar, se arriesgaba con políticas públicas que resultaron exitosas y que tenían resonancia a través de los medios en toda la República.

El 2011 parecía, pues, ser el momento para que esa inercia de fuerza, presencia e incluso prestigio lo llevaran hasta la candidatura a la presidencia de la República. Pero no estaba sólo en su partido en la carrera hacia la postulación, el otro competidor era su antiguo jefe, a quien probablemente le debiera su llegada a la jefatura del D.F. Además de su ex patrón y último padrino, se trataba de la persona que estuvo a décimas porcentuales de ganar las elecciones presidenciales 5 años atrás.

La historia la conocemos, usted declinó a la candidatura a la presidencia en cumplimiento de un acuerdo donde el aspirante que saliera más alto en las encuestas sería quien representaría a la izquierda en 2012 y este fue, según esos estudios, Andrés Manuel López Obrador.

Hasta ahí la historia podría cuadrar, dejaba una gran oportunidad en manos de su líder político, quien de no haber sido ganador de las supuestas encuestas se hubiera postulado de todas maneras, partiendo a la izquierda y dejándola sin ninguna posibilidad de ganar la presidencia. Sería nada para nadie.

Sin embargo, la decisión de no ir al Senado como parte de ese acuerdo y continuar hasta el último día como Jefe de Gobierno fue seguramente la peor decisión que Usted ha tomado en su carrera política. Una vez fuera del cargo se enfrentó a la sombra de los reflectores, a un sucesor que no sólo marcó distancia sino que abiertamente se convirtió en su principal opositor interno. El Senado, donde seguramente hubiera liderado su bancada, hubiese sido la vitrina perfecta, más aún en los tiempos del Pacto por México. Ahí, la figura de Marcelo Ebrard como un líder del PRD empujando las reformas estructurales redondearía la historia de un líder de una izquierda realmente progresista y moderna. Era el guión perfecto que le daría la oportunidad de relanzar su proyecto a la Presidencia.

Pero no fue así, y desde su salida no ha habido un solo momento afortunado que lo reposicionen como un actor de peso nacional. La dirigencia del PRD a la que aspiró simplemente le cerro las puertas, pudo más el control de los Chuchos sobre el partido y sus tribus. Posteriormente el intento fallido por ser nominado como diputado federal plurinominal, con el mismo mensaje y el mismo remitente. Luego de esta afrenta vendría su renuncia al PRD y postulación como candidato plurinominal, tanto propietario como suplente por Movimiento Ciudadano que finalmente el Tribunal Electoral le negaría sustentando su fallo en que usted participó simultáneamente en dos procesos internos de selección de candidatos a diputados federales.

La decisión del Tribunal, está por supuesto, basada en las nuevas disposiciones electorales que una vez más privilegian el control de los partidos sobre los políticos que en ellos militan, lo que no necesariamente es lo más democrático ni le da la prioridad constitucional que debieran tener los derechos de las personas sobre la de los partidos.  Después de todo que daño se le hace a la sociedad o a la democracia participando en dos procesos de distintos partidos. Puede ser políticamente incorrecto, pero no me parece que atente contra los principios democráticos, pero claro si contra los intereses de los partidos.

Don Marcelo, finalmente la política y la judicialización de la misma le niegan la oportunidad de ser candidato a diputado federal en 2015, lo que peligrosamente lo deja sin una plataforma para reinventarse como ya lo ha hecho en el pasado. Reincorporase al equipo de Andrés Manuel López Obrador si bien pudiera ser la alternativa visible, será complicado. López Obrador suele deslindarse el material tóxico, y usted lo es en este momento por las acusaciones de responsabilidad en la Línea 12 del metro.

Sin embargo, más temprano que tarde, el proyecto del líder de MORENA pudiera necesitar de usted, teniendo usted a su favor una factura pendiente de pago, veremos si se la hacen buena marcando el arribo a su sexto partido político.

Arturo Maximiliano García

Orgullosamente queretano. Apasionado de la política, la economía, las leyes y los medios. Barcelona , PUMAS, Steelers, USC y Yankees mis equipos.


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