Braulio; tenacidad y capacidad política

Dos no muy comunes reconocimientos fueron entregados en la LVII Legislatura para también – debemos decirlo –   un diputado no muy común.

Y es que en los poco más de cuarenta años que llevo en el ejercicio del periodismo y en el que he visto pasar al menos a trece legislaturas, no había visto que toda la bancada, de todos los partidos, encabezados por la Junta de Concertación Política, hicieran entrega de un documento en donde todos acreditan la “vocación de acuerdos” de un diputado, en este caso del diputado Braulio Mario Guerra Urbiola.

Porque sucede que por lo regular – y más ahora en cuerpos colegiados donde las fracciones entran encontradas – cada fracción arrea para su grupo, para los suyos y en beneficio de los suyos.

Esta vez no fue así.

Ahí va la firma de todos. Y en esta LVII legislatura – así nos tienen acostumbrados –  volvieron a coincidir.  Un cuadro para colgarse con orgullo en el currículum de cualquier político, en la sala más preciada e importante de cualquier hogar.

Y les diré más. No solo en las legislaturas de este estado no se tiene antecedente semejante, sino considero que a nivel nacional no existen tales o bien, serían muy contados.

Y el segundo reconocimiento fue de nivel. Y no porque el primero no lo fuera, sino porque este viene del CEN de su instituto político, el Partido Revolucionario Institucional. Cercanos al diputado, aseguraron que hasta ayer, se tenía confirmada la presencia del Lic. César Camacho Quiroz pero que un compromiso de último momento, le impidió estar en este interesante, distinto, informe legislativo.

Sin embargo, el Informe de Braulio Guerra Urbiola tuvo dos partes. En la primera, innovadora pero no necesariamente atinada, se tuvo la participación de conocedores y expertos de las visiones que se tienen de Querétaro sobre urbanismo, educación, visión industrial, justicia, entre otros. Y no porque los distinguidos participantes carecieran de los conocimientos sobre las premisas abordadas, que realmente lo hicieron con toda propiedad, con amplio dominio del tema –  la conducción del periodista Aurelio Peña fue impecable –  sino porque el tiempo que les concedieron fue excedido y el número de ellos – seis – no fue del todo apropiado.

Así y en esa primera parte, lo abordado por lo largo en su exposición – más bien parecía un foro temático – se tornó tedioso. Fue el momento para que muchos de los presentes, abusaran también del celular, actualizaran sus mensajes y hurgaran las redes.

Cuando toma la palabra Braulio Guerra Urbiola para entrar al tema convocado, su Segundo Informe Legislativo, hace una cumplida y bien documentada relatoría,  improvisando, de los temas que en estos dos años subieron a la instancia de ley, de reformas – y fueron 211 leyes, cuarenta de estas suscritas personalmente por el diputado priista y mil 314 decretos – toda la concurrencia  al Teatro de la República apaga su celular y se centra en lo que, con toda propiedad y con maduro oficio político, expone Braulio.

La relatoría parece coloquial por la forma de exponerlo, pero conlleva un pesado trabajo y dominio del difícil, delicado y no siempre apreciado, trabajo legislativo. No en balde el queretano está considerado como destacado ideólogo en la COPECOL y forma parte de la actual mesa directiva, con alcances reconocidos nacionalmente.

Pero Braulio es un político, además de aplicado – como lo fuera en la Universidad – también de frases cifradas, de intenciones políticas maduras e inocultables – porque estas no las podría negar – y de nítida vocación hacia el servicio público. Para eso se le ve muy hecho, cuajado.

Y es uno de los cuatro – ¿O son ya menos? – que en el PRI se le menciona con insistencia para la gubernatura. Hoy confirmó que tiene madera, capacidad, dimensiones.

“Mi trabajo apenas empieza” dijo como frase final, frase que no claudica ni adelante tiempos, frase sin embargo que sí deja ver intenciones.

Por lo pronto, la tarea ha sido cumplida con ribetes.