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Acciones delictivas de desestabilización

Por Héctor Parra - 26/11/2014

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Los activistas violentos y descarados dedicados enjundiosamente a realizar actos abierta y descaradamente de desestabilización, no cesan en su intención de hacer daño al gobierno […]

 Acciones delictivas de desestabilización

Los activistas violentos y descarados dedicados enjundiosamente a realizar actos abierta y descaradamente de desestabilización, no cesan en su intención de hacer daño al gobierno de Enrique Peña Nieto, sin importarles los daños millonarios que para conseguir su objetivo causen a la población.

Entre maestros de la CNTE, normalistas de algunos Estados, grupos radicales pertenecientes a ciertos sindicatos, los machetes de Atenco y advenedizos como los autollamados “anarquistas”, han puesto en “jaque” a gobiernos municipales, Estatales y el Federal, con su actos violentos por demás provocadores; solapados y apoyaos por algunos medios de comunicación dedicados más a la desinformación política que a informar veraz y oportunamente, argumentando que la realidad superó al gobierno. Todo esto ha creado un ambiente raro que contamina la paz social. No digieren la derrota electoral muchos de ellos.

Sin lugar a dudas que muchas autoridades han contribuido a la generación de este ambiente al mostrarse pasivas o permisivas, incluso coludidas como el gobernador de Oaxaca que se encuentra maniatado por los grupos subversivos de la CNTE, organización sindical a la cual nutre económicamente. Guerrero es otros de los Estados que hoy son rehenes de estos alevosos y violentos grupos que actúan al amparo de la debilidad institucional. Tergiversan la historia y ficticiamente la adecuan a sus aviesos intereses.

Hay datos en los últimos diez años de un sinnúmero de “robos violentos de camiones que utilizan prestados” para cometer sus fechorías, causando graves daños a los dueños y choferes de las unidades; estos presentan denuncias y las autoridades jamás investigan, mucho menos consignan a presuntos responsables, ya no hablemos de la reparación de daños que suman millones de pesos que nadie paga a los ofendidos. Tan solo en estas últimas movilizaciones entre normalistas y cetecos “robaron” más de 25 camiones sin que haya consecuencias por estas acciones, así como la impune quema de inmuebles.

Se han especializado estos grupos desestabilizadores -una vez que algunos sus integrantes son detenidos- en argumentar violaciones a los derechos humanos, se dicen vejados, se dicen detenidos con violencia e injustamente, que se transgrede en su perjuicio el debido proceso; y cuentan con abogados defensores prestos para defenderlos y en su caso depositar fianzas de inmediato para obtener la libertad de los delincuentes; el resto de los seguidores “gritan” que son presos políticos del gobierno peñista. Generan una imagen divergente.

Un amigo me decía hace unos días que los desestabilizadores se mueven como lo hacían “los apaches”: son pocos pero hacen tanto ruido que ensordecen, crean la apariencia de ser muchos. Por supuesto que no faltan los seguidores que de inmediato “trolean” en las redes sociales denunciando acciones violentas del gobierno en contra de las supuestas marchas pacíficas, agrediendo y amenazando a todo aquel que se atreva a comentar en contra. Algunos medios de comunicación hacen eco a los mitómanos. Por eso el llamado a cambiar y mejorar el estado de Derecho ¡Ya basta de tanto abuso de esas minorías desestabilizadoras! Esperamos los cambios.

Héctor Parra


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