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Vivir de pie, morir atropellado

Por - 11/08/2014

Por Viviana Ledesma Es normal que cada vez que salimos a la calle, seamos conscientes apáticos de lo complicado que es transitar por la banqueta, […]

 Vivir de pie, morir atropellado

Por Viviana Ledesma

Es normal que cada vez que salimos a la calle, seamos conscientes apáticos de lo complicado que es transitar por la banqueta, la facilidad con la que un peatón puede decidir entre jugarse la seguridad bajándose de ella y contorsionarse para surfear toda clase de obstáculos, permite que en nuestras calles “¡no pasee, nadaa!” ¿Por qué? Porque esa flexibilidad para sobrevivir a las dificultades viales, se han vuelto cosa de todos los días, ya a nadie molestan, ya ni se ven, ya no se sienten, ¡todos se acostumbraron!, así que: “así son las cosas y así serán”. ¿Pero que pasa el día que alguien cae, se lastima o es atropellado?  ¡¡Nada!!  Sólo los afectados lo saben, es tan común ver en los periódicos, los choques automovilísticos, de vez en cuando un atropellado y aún más raro un ciclista involucrado, ¡Pero, va! Eso es normal, eso siempre pasa, es natural en una ciudad…, cierto es que toda muerte es segura, pero no es verdad que estos terribles acontecimientos sean naturales en una ciudad, La OCDE registra a Países Bajos (país con las ciudades de las más cicloincluyentes del mundo) con la Tasa de Mortalidad por Accidentes de Transporte más baja, mientras México vergonzosamente es el número uno[1].

Mejor pasemos a la parte en la que TODOS (porque TODOS SOMOS PEATÓN, y si no me creen cuantifiquen las horas que pasan sin usar ruedas,  verán que no miento) ponemos en nuestra mente, alguna ocasión en la que caminando tuvimos que compartir el espacio con los 40cm del carro que se subió a la banqueta (porque el amable no quiere estorbar a los otros vehículos),nos encontramos con una rampa mortal, un bosque de postes o teléfonos públicos, la basura, las mamparas publicitarias que se atraviesan para que obligadamente todos podamos ver que anuncian, calles oscuras, etc., etc. ¡En fin! Para los que esto es la realidad lo siguiente es la utopía, y dice: El espacio público es el lugar que está abierto a la ciudadanía, sin importar su credo, género, raza, etnia, condición física, sexualidad, apariencia, etc. La creación de nuevos paradigmas de movilidad ha provocado en todas las personas que escribimos para este espacio, siempre tratemos de despertar la conciencia HUMANA, TODOS como responsables de construir la ciudad, y como habitantes de ella debemos evitar poner excusas para no respetar la seguridad peatonal, cosas como: ¡sólo 5 minutitos!, o ¡no, sí caben!. Es muy usual y fácil caer en circunstancias que ponen en riesgo a los demás porque nosotros llevamos prisa y preferimos chocar que llegar tarde, claro que nunca pensamos en chocar o atropellar a alguien, pero es igual de fácil echar culpas e incluso justificar los acontecimientos y nos olvidamos de que atropellar no sólo lastima, no es culpa sólo de uno, es todos, las condiciones riesgosas a las que estamos adaptando la ciudad, es cosas a las que nos acostumbramos y no llamamos la atención de la autoridad para que las repare, las evite, para que haga ejercer la ley de construcción, el código urbano, el plan de desarrollo, etc.

El espacio público debe ser adaptado en su totalidad a mejorar las condiciones de movilidad de los peatones, cuando resolvemos los problemas de comodidad y seguridad peatonal resolvemos otros problemas, suena mágico lo sé, pero es así, una calle transitada por peatones es más segura (menos delincuencia), es más comercial (fuentes de empleo), es más limpia (reducción de GEI[2]), hay más interacción social (diversificación cultural); claro que involucra otras y advertí que sonaría a utopía, pero sólo como último favor entren al “Street View” del google maps y paseen por las calles de Copenhague o de Ámsterdam, busquen que países son los más felices del mundo… y verán que la verdad detrás de nuestras malas estadísticas está  nuestro paradigma de la construcción de calles, nuestros malos conceptos en mobiliario urbano y por supuesto nuestra apatía al no querer ejercer nuestra dignidad humana como peatones, principales usuarios de la calle

 

[1] http://www.enelmargen.org/2011/11/peligro-mexicanos-al-volante.html

[2] Gases de Efecto Invernadero


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