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Canonización de Karol Wojtyla

Por - 20/04/2014

A propósito de la próxima canonización de Karol Wojtyla, conocido papalmente como Juan Pablo II, considero oportuno recordar el impacto del Pontífice en el contexto […]

 Canonización de Karol Wojtyla

A propósito de la próxima canonización de Karol Wojtyla, conocido papalmente como Juan Pablo II, considero oportuno recordar el impacto del Pontífice en el contexto global..

En vida, además de ser actor, obrero, seminarista, presbítero y filósofo, Karol Wojtyla hizo aportaciones al Derecho Internacional de nuestros tiempos, y en este proceso de santificación se abrió un largo debate acerca de sus merecimientos a tal nombramiento. En el ámbito del Derecho Internacional Juan Pablo II nos señaló que estamos frente a un campo que más respetado y observado cabalmente.

El Papa de visión ecuménica, sostuvo la necesaria e improrrogable renovación del Derecho Internacional y de las instituciones internacionales, las cuales tienen su punto de partida en la supremacía del bien de la humanidad como en el respeto a la dignidad de la persona humana, sobre todas las otras cosas; es por ello que varias ocasiones ante la ONU exigió que sea éste el criterio fundamental de organización. En su referencia al orden internacional, Juan Pablo II subrayó que esta renovación es más urgente, sobretodo si consideramos la paradoja de la guerra en nuestro tiempo, tal y como se ha reflejado también en los conflictos recientes, en los que contrasta la gran seguridad de los ejércitos con la desconcertante situación de peligro de la población civil.

Para Karol Wojtyla, el Derecho Internacional es el marco idóneo para el diálogo leal y necesario para alcanzar la solidaridad entre los Estados, la Totus Orbis expresada por Vitoria, enmarca el hábitat natural de solución de las contiendas, de ahí que el como apuntó en su momento el referido Pontífice, subyace el hecho de que no hay que esperar hasta el voto de Naciones Unidas actúe en la dirección que le está pidiendo la comunidad internacional.

Es ya el propio Derecho Internacional –en la versión de Juan Pablo II– al que le concierne a la neutralización de armas de destrucción masiva, la exigencia de los crímenes de guerra como de lesa humanidad, y en especial, es en la visión de Juan Pablo II, el reclamo de un Derecho internacional legitimado en los valores más altos de la comunidad mundial. No son Estados Unidos, la OTAN o Libia los únicos responsables de la guerra. Es responsabilidad de TODOS evitarla. Lo que Karol Wojtyla nos quiere decir, es la urgente y seria reflexión sobre el deber de una afectiva cooperación internacional basada sobre la justicia y el Derecho internacional, con la finalidad de asegurar a aquellas poblaciones el bien de la paz, toda vez que la guerra nunca será un medio como cualquier otro, al que se puede recurrir para solventar disputas entre naciones. En otras palabras, la paz es viable porque es necesaria.

Ciertamente hay aspectos que ensombrecen la canonización, pero hay más a su favor que inclinó la balanza para llevarlo a los altares, basta recordar a San Agustín, cuya conducta previo a su quehacer espiritual no era de lo más religiosa y moralmente aceptable, con lo cual es uno de los Padres de la Iglesia.

Ojalá que la canonización del Papa Wojtyla, sirva de aliciente para que la humanidad aspire en lograr la paz tanto en nuestro país como en el mundo, y como dijo el propio Pontífice: la paz todavía está en marcha, solamente falta abrirle el camino.


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