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En el PAN, dos pájaros de un tiro

Por Staff Códice Informativo - 17/03/2015

Madero y Calderón arropan Francisco Domínguez y el PAN lame sus heridas de cara al 7 de junio

 En el PAN, dos pájaros de un tiro

Sumar, sumarse y sumirse. Los tres momentos de la política, según Jesús Reyes Heroles. Y como en todos los panistas hay un priista chiquito adentro –Ernesto Cordero dixit– los preceptos del ideólogo tricolor por excelencia aplican para lo que pasó este domingo en Juriquilla. 

Y es que con unos cuantos pocos miles de personas, muchos menos de los que juntó Roberto Loyola Vera, Francisco Domínguez Servién, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), se registró formalmente con mucho más impacto político y mediático que lo conseguido por su principal contrincante una semana antes. ¿Por qué?

Porque sumó. Nada menos que a Gustavo Madero Muñoz, presidente nacional del PAN, y a Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México. Agua y aceite. No por nada es más fácil encontrar fotografías de Madero y Peña Nieto estrechando sus manos en los últimos dos años y medio, que de los dos panistas juntos. Lo de Juriquilla es un mensaje para la política nacional.

Sumar a los líderes morales en disputa de un partido político no es tarea fácil. Ni siquiera lo logró José Calzada, allá en 2009, cuando sus buenas relaciones con Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, entonces aspirantes a la candidatura a la presidencia de la República, no fueron suficientes para que ambos le levantaran la mano.

¿El logro de Felipe Calderón? Sumarse. Desde que rompió de lleno con el grupo de Madero, el momento más tenso de la relación se vivió hace apenas unas semanas, cuando se le cerraron los espacios plurinominales a Margarita Zavala, su esposa, quien además de haber sido Primera Dama, tiene su peso específico. No habrá sido fácil para el expresidente aparecerse en un evento público al lado de su némesis, pero a meses de las elecciones del 7 de junio, y con la posibilidad real de ganar espacios importantes en el tablero de ajedrez del próximo 2018, bien vale la pena tragarse algunos sapos.

A Gustavo Madero, por su parte, le llegó el momento de sumirse. Porque para un político de su carácter, tan poco dado al diálogo, y con el poder que ostenta en su partido –prácticamente omnipresente– levantar la mano a un candidato de corte corderista,  junto a Calderón, es mostrar demasiada clemencia. Pero es política y hay elecciones, así que todo es posible, y sobre todo, necesario.

Y a todas estas, ¿por qué elegir a Querétaro como escenario de estos reencuentros? Porque Querétaro es ganable. Lo sabe el PAN, pues ya en su momento Gustavo Madero puso a Querétaro entre las cartas fuertes en esta elección, y lo sabe el PRI, que tiene en sus manos las encuestas. Empate técnico, dicen por ahí, pero si el hándicap de ser gobierno municipal, gobierno estatal y gobierno federal, no te da para sacar por lo menos cinco puntos porcentuales sobre tu competidor más cercano, es que, de hecho, vas por debajo.

Para el PAN, recuperar Querétaro no sería un tema de numeralia. El electorado de Querétaro no es representativo a nivel nacional. Pero ganar un estado en el que se encuentra el mejor gobernador del país, según encuestas, y que es de origen priista, sería una buena muestra de músculo de cara a lo que se viene, que entre incredulidad y desconfianza que se vive en el país, de acuerdo con Peña Nieto, y los desaciertos de las izquierdas en estados como Guerrero, le abrea las puertas de Los Pinos con mayor amplitud que en el propio 2009, cuando eran gobierno federal.


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