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¿Llegar más temprano o saber llegar? El priismo queretano responde

Por Staff Códice Informativo - 21/10/2014

Como todo un cazador, Ernesto Luque Hudson se ha colado imperceptiblemente como un tirador principal a la presidencia municipal de Querétaro

 ¿Llegar más temprano o saber llegar? El priismo queretano responde

La política es el arte de los tiempos. No se es más ni se llega más lejos por ser voluntarioso, sino por ser paciente y a la vez mordaz cuando llega el momento. Hacer política se asemeja a la cacería. El depredador más temible no hace gala de su ferocidad irrumpiendo monstruosamente ante su presa, sino deslizándose sigilosamente, de forma prácticamente imperceptible, para en un momento y de una sola estocada, acabar con el premio entre sus fauces.

Como los zorros. Parece un adagio del destino, pero en la política queretana hay un zorro que con esa cadencia que caracteriza a los grandes depredadores, se prepara para atestar un mordisco letal sobre la más preciada de sus presas: la presidencia municipal de Querétaro.

Ernesto Luque Hudson es un priista de familia, de estirpe. Hijo de Ernesto Luque Feregrino, quien fuera diputado y senador por Querétaro; su abuelo, Eduardo Luque Loyola, fue incluso gobernador del estado. A ambos se les conoció con el mote de “zorro”.

Y por supuesto, no puede soslayarse su relación con Emilio Gamboa Patrón, esposo de su tía y quien tiene un gran afecto familiar y político por el queretano. No hace falta decir mucho sobre este viejo lobo de mar.

Tiene experiencia en la administración pública en la Dirección General de la Lotería Nacional. Pero su ascenso meteórico hacia la silla principal del Centro Cívico comenzó el 9 de mayo de 2013, cuando fue designado como delegado en Querétaro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) un espacio que ofrece grandes oportunidades para ir construyendo una posible candidatura.

Allí ha ido acaparando espacios públicos, páginas mediáticas y voluntades políticas. Poco a poco se ha ido deslizando como aspirante a la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mientras otros, como Manuel Pozo Cabrera, delegado federal pero en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) han aprovechado sus espacios y sus amistades para generarse otro tipo de exposición.

Este fin de semana, Ernesto Luque dio un paso importante en la contienda por la candidatura tricolor a la alcaldía capitalina. Tomó posesión como presidente de la Fundación Colosio en el municipio de Querétaro, una de esas sucursales del priismo que ofrecen espacios de liderazgo para aquellos quienes pretenden mostrar músculo.

Pero lo importante no es precisamente lo que pasó a las 11:00 de la mañana de ese sábado 18 de octubre. Unas horas, antes, en el mismo Holliday Inn, un evento más privado pero de mayor importancia para el priismo queretano se llevó a cabo.

Y es que comenzado el proceso electoral, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI decidió remover al senador Miguel Ángel Chico como delegado general para Querétaro, y sustituirlo con la diputada federal Alejandra del Moral Vela, una priista mexiquense con el ADN peñista recorriéndole el cuerpo, tras haber sido presidente municipal de Cuatitlán Izcalli con menos de 30 años y distinguirse, entre sus virtudes, por su belleza.

Presentada Alejandra del Moral Vela, quien viene como un golpe sobre la mesa del priismo federal para avisar que su opinión podría no ser la única pero sí la más importante a la hora de elegir las dos candidaturas más importantes en 2015 –léase alcaldía capitalina y gubernatura del estado-, ahora sí fue turno de pasar al momento estelar del día: la fiesta del zorro.

Con la presencia de importantes priistas queretanos como el actual senador de la República y exgobernador, Enrique Burgos García, hasta al presidente municipal Roberto Loyola Vera; Ernesto Luque, sin la gracia que da la experiencia en tribuna, leyó un discurso en el que se distinguieron varios elementos:

1)    Arrancó recordando que es un corredor de oficio, una característica que para el priista queretano actual suma.

2)    Puso a los gobiernos de Loyola y Calzada como modelos a seguir, tal como pide el manual.

3)    Endulzó con una anécdota sobre su encuentro personal con Luis Donaldo Colosio, quien le habría dicho “Joven Luque: a seguir trabajando”.

Todo ello con la atenta mirada de dos priistas que le reportan directamente a César Camacho Guzmán; por una parte, la novel pero peñista Alejandra del Moral, que casualmente le tomó protesta a Luque Hudson en su primer evento como delegada nacional en Querétaro; y por la otra, José Encarnación Alfaro, secretario de Organización del CEN del PRI.

Pero tal vez de entre los alrededor de 500 distinguidos priistas que se apersonaron para ver la unción de Luque Hudson no sale una mejor nota que de entre aquellos quienes no se aparecieron.

Es el caso del ya mencionado Manuel Pozo Cabrera, quien ya sea por omisión propia u obligada, le dejó la plaza completa a Ernesto Luque Hudson en un día lleno de simbolismos para el priismo queretano.

A estas alturas, es probable que no haya una definición para la candidatura a la presidencia municipal. Es justo decir además que no solo ellos son los aspirantes a esa candidatura, sino que otros priistas también se han sumado, a lo lejos o a lo cerca, a la contienda no oficial.

Lo que es un hecho es que ambos personajes han mostrado dos formas distintas de hacer política. Por una parte el que cree firmemente que al que madruga dios lo ayuda, y que desde 2009 viene preparando “algo”, o aquel más convencido con el por madrugar no amanece más temprano, y que arrancó sutilmente a mediados de 2013.

La respuesta está a la vuelta de la esquina, y la tiene bajo el brazo un tal 2015.


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