CSI a la queretana

Aunque Héctor Beltrán Leyva lleva ya dos semanas recluido en el penal del Altiplano, su presencia en Querétaro abre cada vez más interrogantes; y pone al descubierto la falta  de coordinación que existe entre las diferentes fuerzas de seguridad; así  como la posible desconfianza hacia el trabajo que realizan los cuerpos policiacos y de procuración de justicia locales.

Lo anterior, luego de que, recientemente, el procurador de justicia de Querétaro, Arsenio Durán, confirmó que un día antes de la captura de Héctor Beltrán Leyva en San Miguel de Allende, ocurrida el 1 de octubre, elementos de la dependencia estatal habían cateado su residencia en Juriquilla, como parte de las investigaciones por un homicidio.

Sin embargo, los investigadores de la PGJ no sabían que ese predio pertenecía al hombre por el que la PGR y el gobierno de Estados Unidos ofrecían sendas recompensas de hasta 30 millones de pesos y 5 millones de dólares, respectivamente; y que llevaba prófugo al menos cinco años.

Este hecho pone al descubierto la falta de coordinación entre los cuerpos estatales y federales de seguridad, así como del poder judicial.

Y no sólo eso, la orden de cateo pudo motivar un enfrentamiento  e incluso, afectar a una operación de inteligencia que, de acuerdo con la PGR, llevaba 11 meses en proceso, a fin de capturar al llamado líder del Cártel de los Beltrán Leyva.

El cateo, si fue autorizado por un juez como lo marca la ley, también pone en tela de juicio la coordinación de las fuerzas federales con el poder judicial.

Lo expuesto por las autoridades estatales  muestra también que los cuerpos de seguridad de Querétaro no estaban al tanto de los trabajos de inteligencia militar; pues las fuerzas federales sí conocían dónde vivía el presunto capo de la droga.

Basta recordar las declaraciones de Tomás de Lucio Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal, el pasado 1 de octubre de 2014:

“Reportes de inteligencia militar lograron ubicar su domicilio en el estado de Querétaro, donde mantenía las operaciones alejadas de su domicilio, para no alterar así su modo de vida, discreto y de bajo perfil, evitando llamar la atención de vecinos y amistades, o de las autoridades locales“, señaló el funcionario en rueda de prensa, tras la captura de “El H”.

Finalmente, la confirmación por parte del procurador de justicia, de que llevaron a cabo el cateo el 30 de septiembre, nuevamente contradice  la palabra del secretario de Gobierno de Querétaro, Jorge López Portillo, quien el pasado 6 de octubre negó, a pregunta de Códice Informativo, si se había realizado dicho cateo en la vivienda de Juriquilla.

— Códice Informativo: Secretario ¿sabe si se cateó la casa de Beltrán Leyva en Juriquilla, o si la PGR ya les pidió colaboración?

— Jorge López Portillo: No, de ninguna manera el gobierno del estado no ha estado presente en este tipo de actuaciones.

Pues ¿qué pasó?

¿El encargado de la política interna del estado, desconocía del cateo ocurrido siete días antes? ¿Fue omisión, falta de coordinación o un interés por mantener el dato oculto? ¿Cuándo sí creer y cuándo no?

De cualquier forma, estas declaraciones dan muestra de que no existió la coordinación entre los cuerpos de seguridad de los tres niveles de gobierno que tanto se presume en Querétaro.

PD:
Abonando a las suspicacias que se respiran en la tierra queretana, llamó la atención que a menos de  quince días de la detención de Héctor Beltrán Leyva, el delegado de la PGR en Querétaro, Rafael Horacio Buendía Madrigal, fue removido del cargo al que llegó el 16 de febrero de 2012. Sólo se dijo que el cambio obedeció a una decisión institucional.